Sudáfrica, locos por el fútbol

  • Sudáfrica es un país que está loco por el deporte, un país donde el rugby, el cricket y el atletismo han logrado triunfar internacionalmente. Pero el fútbol es el que ha demostrado ser el mayor motor para el cambio. Desde barrios segregados hasta la prisión de Robben Island, el fútbol ha contribuido a lo largo de la historia a transformar Sudáfrica en una nación sin desigualdad de razas.
La Copa del Mundo de Sudáfrica 2010 se podrá ver en la gran pantalla en 3D
La Copa del Mundo de Sudáfrica 2010 se podrá ver en la gran pantalla en 3D
Nicolas Brulliard | GlobalPost

(Johannesburgo, Sudáfrica).No resulta extraño pues que el Mundial de Fútbol 2010 sea comparado por los sudafricanos con otro de los momentos de los que se sienten más orgullosos: sus primeras elecciones democráticas."Va a ser muy, muy hermoso", asegura Gladys Gailey, hincha de la selección de fútbol nacional. "Para nosotros esto es igual que cuando fuimos a votar en 1994".

El legado que dejará la Copa Mundial en el fútbol sudafricano todavía se tiene que cristalizar, pero sea cual sea la actuación del equipo Bafana Bafana en el partido inaugural y después, el torneo ya supone en si toda una recompensa para un deporte que ha tratado de ser interracial en un país dividido.

El fútbol llegó a la costa sudafricana a finales del siglo XIX a través de comerciantes británicos y misioneros. Su práctica se dividió rápidamente según el color de piel, y se crearon asociaciones para cada comunidad: blancos, negros, indios y mestizos.

Los blancos, especialmente los afrikáners de ascendencia holandesa, encontraban más atractivo el rugby, y el fútbol se fue asentando cada vez más como un deporte para negros. Tal y como escribió el historiador Peter Alegi en su libro "Laduma!", en en donde hace un recorrido por el fútbol en Sudáfrica, el parecido de este deporte con algunas prácticas tradicionales como la lucha con lanzas y los bailes rituales contribuyó a hacerlo popular entre la población negra.

"La importancia del rendimiento atlético individual y la competición en las prácticas deportivas indígenas contribuyeron al posterior desarrollo de formas de jugar al fútbol que enfatizan el estilo personal y la demostración espectacular de habilidades", señala Alegi.

Su creciente popularidad significó una mayor necesidad de terrenos de juego. Enfrentados a Gobiernos locales hostiles, los seguidores de este deporte tuvieron que negociar con habilidad para conseguir nuevos campos de fútbol. Muchos de los pesos pesados de la lucha antiapartheid, incluidos el premio Nobel de la Paz y ex presidente del Congreso Nacional Africano, Albert Luthuli, desempeñaron un papel activo en la expansión del fútbol.

Si bien el deporte permitía a los jóvenes desplegar sus habilidades físicas y adoptar nombres como "Hitler" o "Pastor de babuinos", también ofrecía a los adultos la posibilidad de desempeñar puestos prominentes en la estructura administrativa de los clubes. Como resultado, a finales de la década de 1950 el deporte estaba ya mucho más organizado y algunos encuentros lograban atraer a miles de seguidores, pese a las restricciones a los desplazamientos impuestas por el régimen apartheid.

Pero el fútbol, al igual que el resto de la sociedad, permanecieron segregados. Finalmente, Sudáfrica empezó a sufrir sanciones internacionales y a principios de la década de 1960 la FIFA prohibió la participación de Sudáfrica en cualquier competición internacional de fútbol, incluida la Copa del Mundo.

Aún así, incluso en los días más oscuros del apartheid, la FIFA logró imponer sus reglas en el rincón más inverosímil de Sudáfrica: Robben Island. En la cárcel en en donde estaban encerrados un importante número de prisioneros políticos se acabó implantando una muy organizada liga de fútbol interna que seguía al dedillo los reglamentos oficiales del juego. El deporte ofrecía a prisioneros como el actual presidente Jacob Zuma una oportunidad para estar en forma y socializar, y también una razón para interactuar con las autoridades carcelarias y prepararles para sus posteriores negociaciones con el régimen blanco.

La transición hacia la democracia coincidió con un periodo exitoso de Sudáfrica en los campos de fútbol. En 1992, frente a Camerún, Bafana Bafana ganó su primer partido tras tres décadas de exclusión de las competiciones internacionales en un encuentro cargado de emoción. La selección sudafricana ganó en 1996 la Copa Africana de Naciones y logró clasificarse para los mundiales de 1998 y 2002.

Hoy en día la liga de fútbol sudafricana es una de las más ricas del continente, pero los equipos nacionales no logran brillar en la escena internacional. Peter Du Toit, editor de la revista Soccer Laduma, reconoce que el nivel de juego en Sudáfrica es inferior ahora al de la década de 1970, ya que las técnicas de entrenamiento no han logrado mantenerse al mismo nivel que en el resto del mundo."Tenemos jóvenes con talento, pero no tenemos buenos profesores", asegura Du Toit. "Los dueños de los equipos profesionales de Sudáfrica tienen poca visión. Todo el mundo quiere una solución rápida, pero con los jóvenes no hay soluciones rápidas".

Bafana Bafana ocupa el puesto 83 en el ranking de selecciones, y muchos analistas no ven al equipo superando la fase de grupos, algo que nunca le ha sucedido hasta ahora a una nación anfitriona del Mundial de Fútbol.

No obstante, Du Toit asegura que Sudáfrica sorprenderá a muchos, y Gailey confiesa que sueña con una final de su país contra Brasil. Pero en ninguna otra parte son tan optimistas como en la liga juvenil ANC, en donde aseguran que "Sudáfrica está destinada a la victoria total".

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