Cuando a Barack Obama le hablaron de la calurosa bienvenida que le esperaba en San Francisco no imaginó la literalidad con que iba a cumplirse dicha expresión.
A la hora de la comida, el presidente de EEUU decidió hacer una parada en el Gran restaurante Oriental de Chinatown. Emocionados, comensales y camareros empezaron a acercarse hasta él para hacerse la foto de rigor.
Entre los chillidos de '¡Obama, Obama!', según relata el Huffinton Post, una mano furtiva y firme se posó en los cuartos traseros del presidente. Era una atrevida clienta que sonreía al lado del mandatario posando para la foto: ¡Cheese!
Ante este gesto, el presidente simplemente soltó una carcajada y siguió posando.
De lo que no estamos seguros es de sí realmente la atrevida clienta se aprovechó de la ocasión, o si se trató de una coincidencia al agarrarle teniendo en cuenta la diferencia de altura entre ambos.
Os aconsejamos mirar la foto y que juzguéis vosotros mismos.
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