Turquía arroja luz a su pasado

  • Turquía empieza a buscar los restos de los miles de kurdos desaparecidos como consecuencia del conflicto entre el Gobierno turco y el PKK.
Nicole Sobecki | GlobalPost
Nicole Sobecki | GlobalPost

Aunque la detención sucedió hace 18 años, Meryem Gunden habla de la noche en que se llevaron a su hijo como si el tiempo no hubiese pasado. “Llevaba una camisa roja, el pelo desordenado”, recuerda. “Era muy tarde, se llevaron a mi hijo, frente a mis ojos y lo hicieron desaparecer”.

Su hijo, Ibrahim Gunden, fue arrestado por la Jitem, una unidad especial de la gendarmería turca encargada de labores de “inteligencia y antiterrorismo”. Se lo llevaron para interrogarlo porque era sospechoso de entregar información a miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un grupo terrorista separatista kurdo. A Gunden nunca más se le volvió a ver.

Estas historias son comunes en el sureste de Turquía, en su gran mayoría kurdo, y donde ya se cuentan 25 años de conflicto entre el gobierno turco y el PKK. Pese a que ha habido atrocidades en ambos bandos, la mayoría de los 40.000 muertos han sido kurdos.

Víctimas desaparecidas

En los años 80 y 90, fueron secuestrados y asesinados miles de activistas, políticos, mujeres y empresarios, todos sospechosos de tener vínculos con el PKK. En el 2002, el ejército levantó el estado de emergencia en la región y los efectivos de la Jitem desaparecieron.

Nadie sabe la cifra exacta de torturados y asesinados, pero los grupos de derechos humanos calculan que durante ese periodo hubo unas 5.000 ejecuciones –sin juicio previo- y otros 1.500 casos de desaparecidos, muchos a manos de los servicios del Gobierno. Sólo en casos muy puntuales se logró identificar a las víctimas.

Como una medida disuasoria–un recordatorio brutal de lo que les pasaba a los que trabajan contra el gobierno- los cuerpos de las víctimas a menudo acababan en pozos o depositados en ácido.

Pozos de la muerte

Los funcionarios turcos comienzan apenas ahora a buscar los restos de los kurdos desaparecidos. Hoy en día, estos “pozos de la muerte” están abiertos y sale a luz un período espantoso de la historia de Turquía y de la “guerra sucia” entre las fuerzas de seguridad turcas y los sospechosos de apoyar al PKK.

En estos días se desarrolla un juicio contra sospechosos de un presunto grupo ultranacionalista –conocido como Ergenekon- lo que ha llevado a algunos kurdos a creer que finalmente se hará justicia. La investigación, iniciada en junio de 2007, ya se ha traducido en la detención de más de 200 personas, entre ellos, generales retirados y destacados políticos, periodistas y académicos.

Según la acusación, los sospechosos deseaban acabar con el Partido Justicia y Desarrollo –de raíces islamistas- y para ello promovían disturbios, ataques terroristas y asesinatos de alto nivel con el fin de provocar la intervención del ejército.

Recuperar la memoria

En el sureste de Turquía, el caso Ergenekon ha recuperado el interés por la gente desparecida durante los años 80 y 90. “La investigación [de Ergenekon] nos ha dado la oportunidad de tratar de conocer la verdad sobre los desaparecidos”, declara Burhan Zonooglu, coordinador de la Asociación de Derechos Humanos, en Diyarbakir, ciudad que también fue el centro de la violencia extrema de los años 80 y 90.

“Nosotros [los kurdos] conocemos muy bien a la gente que ahora está en la cárcel. Sabemos lo que hicieron. Ahora el resto de la sociedad turca también lo sabrá”.

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