El caza turco derribado por Siria cuando sobrevolaba sus aguas territoriales podría haber vulnerado el espacio aéreo del país vecino, admitió hoy el presidente de Turquía, Abdullah Gül.
"A veces puede ocurrir que los aviones militares, con la velocidad a la que vuelan, especialmente sobre el mar, vulneren las fronteras", dijo el presidente en una breve alocución transmitida por la agencia turca Anadolu.
"Es algo frecuente; en el Egeo y el Mar Negro es una simple rutina. Ocurre sin ninguna mala intención", añadió Gül, que explicó que las autoridades turcas investigan en estos momentos "si lo que ocurrió tuvo lugar sobre nuestras aguas territoriales o no". "No podemos hacer declaraciones antes de tener el asunto completamente aclarado", resaltó.
Aclaró que aunque se habían localizado algunos restos del avión derribado, un caza del tipo F-4 que volaba sin armamento y que realizaba tareas de reconocimiento. Aún no había certeza sobre el destino de sus dos ocupantes.
Según la información hecha pública hasta ahora por parte de las Fuerzas Armadas turcas, el avión, que había despegado ayer a las 7.30 GMT de la base aérea de Malatya, en el sureste de Turquía, desapareció a las 8.58 GMT de los radares, mientras sobrevolaba el Mediterráneo al suroeste de la provincia de Hatay, fronteriza con Siria.
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