Un confidente iraquí admite que engañó a Occidente sobre las armas de destrucción masiva

  • Londres.- Un iraquí huido de su país cuyo testimonio contribuyó a convencer a la Casa Blanca de que Irak tenía un programa de fabricación de armas biológicas ha admitido por primera vez haber mentido.

Londres.- Un iraquí huido de su país cuyo testimonio contribuyó a convencer a la Casa Blanca de que Irak tenía un programa de fabricación de armas biológicas ha admitido por primera vez haber mentido.

En una entrevista con el diario británico The Guardian, Rafid Ahmed Alwan al-Janibi, apodado Curveball por el espionaje alemán y estadounidense, confesó que se inventó aquella historia porque quería ver eliminado el régimen de Sadam Husein, del que huyó en 1995.

"Me dieron la oportunidad de inventarme algo para derrocar al régimen. Mis hijos y yo estamos orgullosos de haber contribuido a dar a Irak el (actual) margen de democracia", afirmó.

Janabi nunca había contado antes cómo había engañado al país más poderoso del mundo haciéndole creer que el jefe del Estado iraquí tenía armas de destrucción masiva.

En sus declaraciones a The Guardian en Alemania, donde le concedieron asilo político, Janibi, que trabajó en Irak como ingeniero químico, dijo haber mencionado en 2000 a un funcionario germano, a quien identificó como el doctor Paul, la supuesta existencia de camiones cargados con armas biológicas.

Según su versión de la historia, el BND (servicio secreto alemán) se puso en contacto con él podo después del 13 de marzo de 2000 para obtener más información sobre el país de Sadam Husein.

"Yo tenía un problema con el régimen de Sadam. Quería deshacerme de él y se me presentó la oportunidad", explicó Janibi, quien calificó de crédulo al espionaje alemán.

Janabi indicó que se habían descubierto sus mentiras a mediados de aquel año cuando los agentes del BND viajaron a una ciudad del Golfo, supuestamente Dubai, para hablar con Bassi Latif, quien había sido su jefe en la Comisión de Industrias Militares de Irak.

Janabi había contado al servicio secreto alemán que un hijo de Latif, que estudiaba en Gran Bretaña, estaba encargado de suministrar armas de destrucción masiva al régimen iraquí, lo que resultó ser totalmente falso.

El propio Latif negó que Irak tuviera armas biológicas montadas en camiones así como otra historia inventada por Janabi según la cual habían muerto doce personas en un accidente ocurrido en una fábrica de armas de ese tipo en Bagdad.

Janabi explicó que, tras descubrirse aquella mentira, el BND no volvió a contactarle hasta mayo de 2002, pero muy pronto se dio cuenta de que los alemanes seguían tomándole en serio.

Así, los agentes le dijeron que si no cooperaba, no permitirían que su esposa marroquí, que estaba embarazada y estaba en España, se reuniera con él en Alemania.

Las reuniones con el espionaje alemán continuaron durante todo el año 2002 y pronto Janabi comprendió que se estaba buscando un pretexto para atacar a Irak.

En la entrevista, Janabi dijo estar satisfecho con su mendaz actuación pese al caos de los ocho últimos años y a los más de 100.000 muertos registrados en aquella guerra.

"En cualquier guerra muere la gente. Pero ¿qué otra solución había? Créanme, no había otra forma de llevar la democracia a Irak", declaró.

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