Un juez condena a una familia palestina a compartir casa con colonos judíos

  • Jerusalén.- La familia palestina Hamdala tendrá que compartir su casa en Jerusalén Este con colonos judíos que reclaman la propiedad del inmueble, tras una inusual decisión judicial que los condena a vivir juntos.

Un juez condena a una familia palestina a compartir casa con colonos judíos
Un juez condena a una familia palestina a compartir casa con colonos judíos

Jerusalén.- La familia palestina Hamdala tendrá que compartir su casa en Jerusalén Este con colonos judíos que reclaman la propiedad del inmueble, tras una inusual decisión judicial que los condena a vivir juntos.

Los Hamdala han vivido los últimos 59 años en un destartalado edificio del barrio palestino de Ras el Amud, en el territorio ocupado de Jerusalén Este, en el que dentro de poco tendrán como vecinos a sus peores enemigos.

Durante los últimos once años la familia ha destinado buena parte de sus precarios ingresos a una agotadora batalla judicial contra el millonario judío estadounidense Irving Moskowitz, conocido por financiar a los grupos de la derecha religiosa judía dedicados a colonizar el territorio palestino.

La pasada semana un administrador judicial ordenó a la familia evacuar dos habitaciones del edificio, en las que viven Ahmad y Amani con su hijo de un año, Yazan, y concedió a los colonos el derecho a instalarse allí y a usar uno de los patios, en el que cuelgan el columpio del pequeño y dos pájaros enjaulados.

"Los soldados nos han amenazado, en cualquier momento pueden llegar y echarnos", relata Amani.

La joven pareja ha sacado ya los muebles y casi todas las propiedades de la vivienda, tal como les han ordenado las fuerzas de seguridad israelíes, que entrarán en su propiedad uno de estos días escoltando a los colonos.

"No sabemos qué hacer, nos han ido quitando la tierra poco a poco y ahora se van a meter en nuestra casa", dice a Efe, angustiada, Fátima Hamdala, que añade llevándose las manos a la frente que "los judíos tienen todo el poder, ¿qué podemos hacer nosotros?".

"No tenemos otra casa, no tenemos dinero, estamos aquí desde 1952. Somos gente pobre, no tenemos dónde ir. Yo he crecido aquí, he jugado en este jardín con mis padres y ahora nos quieren echar a todos. ¿Dónde vamos a ir?", se pregunta, y cuenta que en los últimos días no ha hecho más que "llorar y rezar en la mezquita de Al Aksa para que no nos echen de nuestro hogar".

Ahmad apenas gana alrededor de 600 euros al mes en un pequeño supermercado cerca de una estación de autobuses palestina, por lo que no se puede plantear buscar otra vivienda.

Según narra Fátima, el jardín que rodea la casa en la que se crió era antes mucho más grande, pero los colonos han logrado que los tribunales les den derechos sobre la propiedad.

Ahora, en lo que hasta hace diez años fue el olivar familiar, se levanta el asentamiento judío de Maale Zeitim, con apartamentos para un centenar de israelíes y colindante con el jardín de los Hamdala.

"Todo esto era un campo de olivos que nos pertenecía, y ellos lo cogieron y construyeron ese edificio para que vinieran a vivir allí judíos", dice Fátima, señalando el enorme edificio coronado con banderas blancas y azules de Israel.

"Ahora quieren coger nuestra casa para seguir construyendo", afirma Fátima, que asegura que su desgracia tiene su origen en la falta de documentos oficiales, puesto que "todos los papeles y escrituras se quemaron en la guerra de 1967 (de los Seis Días)".

La familia describe que la convivencia con los colonos en el solar adyacente es "muy difícil".

"Los niños colonos juegan en el patio y nos amenazan e insultan siempre que nos ven", explica Fátima, que añade que "ahora va a ser horrible. Vamos a tener el jardín lleno de soldados armados".

Sin embargo, asegura con firmeza que no se van a dejar amilanar y lucharán hasta el final por conservar su hogar: "La única solución es quedarnos aquí. Ésta es mi tierra, es la tierra de mi padre y son las casas de nuestros padres, no me puedo ir de aquí", dice Fátima.

El abogado de la familia, el israelí Shlomo Leker, explica que "no hay duda legal de que los Hamdala son los propietarios de la casa", aunque reconoce que los tribunales han establecido que "la tierra sobre la que está levantada es legalmente propiedad de Moskowitz, el patrono de los colonos".

Sin embargo, considera que "lo que debe regir es la decisión judicial de 2005 que establece que la familia Hamdala puede vivir en su casa por tiempo ilimitado".

A juicio del letrado, la nueva decisión de la administración judicial "deja claro cuál es la respuesta de los tribunales cuando uno de los nombres es Moskowitz y el otro Hamdala".

Ana Cárdenes

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