Un tesoro arquitectónico corre peligro en China

  • Kashgar es un antiguo paso de la Ruta de la Seda y su centro histórico un potencial candidato a Patrimonio de la Humanidad. Pero las autoridades chinas están empezando a demolir el casco antiguo. Y no sólo eso. La minoría uigur que protagonizó los disturbios del verano pasado en China podría rebelarse de nuevo, pues Kashgar para ellos es sagrado.

(Kashgar, China).¿Qué sucede en Kashgar?Hace varios meses que las máquinas buldózer han dejado de funcionar y la demolición del casco antiguo de Kashgar parece suspendida. Pero la suerte de este enclave de más de 2000 años sigue siendo incierta, pese a la remota esperanza de que sobreviva. No obstante, ya está en marcha una campaña para reconvertir este antiguo centro de intercambio de la Ruta de la Seda en una versión más moderna y llamativa.

Un gran cartel publicitario insinúa que la demolición del casco antiguo de Kashgar cuenta con el apoyo de la UNESCO. El polémico proyecto ha sido objeto de críticas por parte de grupos internacionales de derechos humanos y de defensa del patrimonio cultural. El anuncio se centra en la reunión de junio pasado entre las autoridades de la ciudad y Beatrice Kaldun, representante del organismo y experta en Pekín.

En él se insinúa que Kaldun valoró positivamente los planes de demolición del casco antiguo, una zona de arquitectura islámica tradicional auténtica e impecablemente preservada. Recientemente apareció en la película “Cometas en el cielo”, ambientada en el Afganistán de los años 70.

El anuncio prosigue y afirma que Kaldun y otros expertos están de acuerdo con el proyecto: “Lo consideramos una medida que merece admiración internacional”.

Kaldun señala que el cartel simplemente está errado. “Estoy muy preocupada por este anuncio”, explica. La experta visitó Kashgar en junio pasado, se reunió con sus autoridades y revisó los planes. A continuación les dijo que el proyecto tenía que respetar a los residentes locales y sus costumbres y dice que les dejó claro que una demolición a gran escala perjudicaría las intenciones de añadir Kashgar a la lista de obras consideradas Patrimonio de la Humanidad.

China no ha presentado una candidatura, pero Kaldun espera que funcione su estratagema. “Mi segunda afirmación fue que la UNESCO está interesada en preservar el patrimonio”, explica Kaldun. En el anuncio, “dejaron fuera esa parte”.

Aún no se sabe qué porción de la parte antigua quedará a salvo y la situación es cada vez más incierta desde que se produjeron los disturbios étnicos el verano pasado. Durante el primer semestre de 2009, las autoridades habrían trasladado a unas 1.000 familias del casco antiguo a pisos nuevos y habrían destruido casas y negocios de la zona, según lo estipulado en el plan de demolición.

Los residentes locales señalan que tras los disturbios étnicos en Urumqi, la capital de la región autónoma de Xinjiang, la demolición se ha detenido y sólo se ha destruido entre un 5 y un 10 por ciento del casco antiguo. Entre 1.000 y 50.000 familias de la zona han sido recolocadas en otras áreas. La rumorología local señala que si continúa la destrucción aumentará el descontento entre los uigures, que representan la gran mayoría de la ciudad. Un otoño y un invierno fríos también han ayudado a la desaceleración de la actividad.

Para los uigures, un grupo étnico musulmán emparentado con los turcos, la destrucción del casco antiguo de Kashgar es un asunto profundamente personal. Quienes se oponen argumentan que la reconstrucción no tiene nada que ver con garantizar la seguridad en caso de terremotos, como aseguran las autoridades chinas, sino con la asimilación cultural de un grupo étnico problemático.

“El casco antiguo de Kashgar es tan importante para los uigures como Jerusalén para los cristianos, judíos y musulmanes”, afirma Henryk Szadziewski, del Proyecto Uigur de Derechos Humanos, con sede en Washington DC. “Es una representación física de la identidad uigur, que simboliza el pasado, el presente y el futuro”.

La ciudad antigua de Kashgar también representa una anomalía en la China moderna: una porción de arquitectura viva y antigua, bien preservada y relativamente inmaculada. Gracias al auge económico, la mayoría de las ciudades chinas ha sufrido una importante transformación, pero no el casco antiguo de Kashgar, una pequeña parte de una ciudad con más de 3 millones de habitantes, que hasta parece fuera de lugar. Kashgar está separada de la zona moderna por un río y unas colinas.

La oficina de Asuntos Exteriores de Kashgar no hace declaraciones sobre el cartel, pero Kaldun indica que envió una carta a las autoridades de la ciudad en la que objetaba el anuncio. Han prometido a la UNESCO que cambiarán el cartel e incluirá un texto aprobado por el organismo internacional. Pero por ahora el cartel sigue allí con sus imprecisiones y los residentes locales creen que la comunidad internacional apoya la demolición del casco antiguo.

Según Kaldun, el aparente retraso en el derribo y la atención que ha generado el casco antiguo de Kashgar podrían ser una buena noticia y asegura que aún existe una oportunidad para convencer a los funcionarios de que preserven más partes de la ciudad. “Nos preocupa el patrimonio cultural y aquí se está destruyendo todo un patrimonio, algo que es mucho más que edificios”, concluye Kaldun.

Mostrar comentarios