Una guerra, varios conflictos y múltiples injerencias en Siria

  • Siria sufre una guerra, en la que se entremezclan varios conflictos y se producen múltiples injerencias extranjeras, con una creciente escalada entre dos de sus principales protagonistas, Rusia y Turquía.

¿Quién combate en Siria, y contra quién?

Rusia e Irán apoyan desde el principio del conflicto en 2011 al gobierno del presidente sirio Bashar al Asad e intervienen en el terreno militar de forma decisiva. Pero sus objetivos no son los mismos.

- Para Rusia, Siria es su último punto de influencia en la región, y su apoyo al régimen de Asad es un manera de afirmarse ante Estados Unidos. Desde septiembre de 2015, la aviación rusa bombardea objetivos "terroristas", como Damasco y Moscú llaman a la oposición armada al régimen. Muy pocos de esos bombardeos están en cambio dirigidos contra el grupo Estado Islámico (EI).

Gracias a esos bombardeos, Rusia ha "invertido la situación", según expresión de su ministro de Exteriores Serguei Lavrov, y permitido al régimen de Asad reconquistar terreno ante los rebeldes y ante el Estado Islámico (EI).

Al mismo tiempo, el régimen lanzó el 1 de febrero una ofensiva en la región rebelde de Alepo (norte), ahora casi totalmente rodeada por fuerzas gubernamentales, que ha causado 500 muertos, según una ONG siria, e impulsado a 50.000 personas a huir hacia la frontera turca, que sigue cerrada.

- Irán ha enviado a miles de "consejeros militares" a Siria, y apoya al régimen de Asad a través de la milicia chiita libanesa del Hezbolá y de milicias chiitas iraquíes. Ello permite a Teherán combatir por procuración contra su enemigo sunita y gran rival de la región, Arabia Saudita, también tentada de enviar tropas a Siria.

A diferencia de los aliados del régimen, el frente "anti-Asad" está desunido. La determinación rusa ha sorprendido a los occidentales, que abogan por una solución política al conflicto. Y ha generado una reacción violenta de Turquía y, en menor medida, de Arabia Saudita.

- Turquía está enfrentada con Rusia, tras haber derribado en noviembre un avión militar ruso, al que acusaba de violar su espacio aéreo. Turquía es además hostil al régimen de Asad, y apoya a los rebeldes islamistas en Siria.

Pero Ankara está sobre todo obsesionado con las fuerzas kurdas de Siria, a las que considera una emanación del PKK (Partido de los trabajadores del Kurdistan) con el que está en guerra en su territorio. El gobierno turco teme sobre todo la vocación independentista de los kurdos, minoría presente no solo en Turquía sino también en Siria o Irak (donde tienen una autonomía).

En este contexto, la ofensiva ruso-siria en el norte de la vecina Siria, y el debilitamiento de la rebelión, han permitido a los kurdos retomar el control de varias localidades. Algo inaceptable para Ankara, que teme que los kurdos sirios extiendan su influencia hasta su zona fronteriza.

Turquía bombardea con su artillería desde hace cuatro días posiciones kurdas en el norte de Siria. Esta situación preocupa a los occidentales, aliados de Turquía en la OTAN, pero que también apoyan a los kurdos, considerados los más eficaces en la lucha contra los yihadistas del EI.

- Arabia Saudita, con su apoyo a grupos rebeldes sirios, lleva a cabo en Siria una guerra indirecta contra Irán. Riad forma parte de la coalición liderada por Estados Unidos contra el EI. Ahora está dispuesto a implicarse más en Siria y esta semana desplegó aviones de combate en la base turca de Incirlik, para "intensificar las operaciones aéreas contra el EI".

- Estados Unidos bombardea desde septiembre de 2014 posiciones del EI en Irak y Siria. Pero el presidente Barack Obama, artífice de la salida de su país de Irak, no quiere enviar tropas terrestres a la región. Además Estados Unidos está en plena campaña para la elección presidencial de noviembre.

Varios aliados --entre ellos Francia- acusan a Washington de no implicarse lo suficiente en el conflicto y de "ambigüedades", al realizar demasiadas concesiones a Rusia.

- Francia fue mucho tiempo uno de los países más hostiles a Asad. Pero tras los atentados de 2015, ha hecho de la lucha contra el EI su prioridad, y es miembro de la coalición internacional contra este grupo.

París siguen pidiendo sin embargo la salida de Asad del poder, y apoya a la oposición siria constituida en diciembre en Riad, e integrada por políticos y representantes de grupos armados rebeldes.

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