En la extinta Unión Soviética no había asesinos en serie, oficialmente. Las autoridades de la URSS trataban de convencer de que las malas influencias del capitalismo, que ensuciaban las vidas y conciencias de su enemigo estadounidense, no hacían huella en la gloriosa patria rusa.
Tal cortina de humo permitió que durante añosAndréi Chikatilo (Андре́й Рома́нович Чикати́ло), el carnicero de Rostov, actuará con impunidad, asesinando a 55 niños y mujeres durante una década.
Chikatilo, miembro del partido, fue invisible para un régimen empeñado en negar "la decadente y burguesa lacra" del crimen, hasta su arresto, juicio y posterior ejecución en 1994 cuando tenía 57 años.
Ahora, en la Federación Rusa no hay miedo a mostrar las cloacas de la sociedad, el crimen, por lo que las autoridades judiciales han anunciado que en marzo comenzará en una Corte de Moscú el juicio contra una pareja de asesinos en serie, a la que se imputan los asesinatos de siete mendigos.
Павел Войтов (Pavel Voytov) de 20 años yЕлена Лобачева (Elena Lobachyova), de 25 años y familiar del primero, son sospechosos de cometer estos crímenes entrejulio de 2014 hasta comienzos de este 2015.
Sus víctimas eran personas sin hogar y propensas a beber alcohol, residentes en Moscú. AVoytov se le imputan lossiete asesinatos, mientras que los investigadores creen que en la comisión de cuatro de esos asesinatos participó Lobachyova.
En los interrogatorios, Pavel Voytov habría dicho a los investigadores queperseguía el objetivo de "limpiar la ciudad", según un comunicado de las autoridades judiciales.
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