Una vida entre coches bomba

  • En entrevistas exclusivas, budistas, musulmanes y soldados encargados de desactivar bombas de la región describen la dificil situación de los habitantes que moran en la frontera entre Tailandia y Malasia.

Una vida entre coches bomba
Una vida entre coches bomba
GlobalPost
Mark Oltmanns, Tailandia | GlobalPost

El siguiente vídeo está en inglés. Puedes leer la traducción al español justo debajo.


La minoría budista de Tailandia

Una insurgencia islámica divide desde hace varios años el sur de Tailandia.

Narathiwat Tailandia. 1 de Julio de 2011.

Mongkol Nuudaikaew, de la Brigada de Explosivos de Tailandia:

"Era la primera vez que me topaba con un auténtico coche bomba. Como poco podría haber resultado herido o peor aún, podría haber muerto. Era un coche sospechoso, así que nos enviaron desde la brigada para inspeccionarlo. Entonces me puse el traje especial para explosivos y salí. Abrí la puerta y vi la bomba echada justo allí, justo enfrente del asiento del pasajero, donde pones los pies".

Aquí en el sur de Tailandia, en el límite de separación de las fronteras, ha emergido una insurgencia. Desde el año 2004 más de 5.000 personas han muerto en atentados diarios con bombas. Tailandia es cerca del 95% budista, pero en el sur del país los budistas son sólo una pequeña minoría y son uno de los principales objetivos de la mayoría de insurgentes.

Mongkol Nuudaikaew:

"Cuando la bomba explotó no sabía lo que había sucedido. Justo después de la explosión quedé tendido boca abajo en el suelo. Durante unos segundos perdí todos mis sentidos. Es un trabajo peligroso y hay poca gente que lo haría. Pero incluso aunque sea peligroso, tengo que hacerlo. No sólo porque es nuestro deber, sino también por la seguridad de toda la gente que vive aquí".

Penporn Saikaew, aldeana budista:

"Soy granjera. Sólo una simple granjera. He vivido aquí toda mi vida. Aquí la vida es difícil. Incluso aunque extraigas caucho de los árboles, es peligroso. Solíamos ir a los campos a la 1 de la mañana. Pero ya no podemos hacerlo. Los insurgentes quien expulsarnos a los budistas de aquí. Mira todo lo que nosotros, los budistas, cultivamos aquí. Ellos solo quieren echarnos. En el pasado, budistas y musulmanes nos entendíamos bien. Compartíamos todo juntos. Pero ya no. No hay confianza. No confían en nosotros y nosotros no confiamos en ellos, pero nunca me iré de aquí. Jamás".

Phor Luagn Thong,monje del templo de Lak Muang de Abbot:

"No es lo mismo ser un monje en el sur de Tailandia que serlo en el resto del país. No nos sentimos seguros. Cuando salimos, no sabemos lo que nos puede suceder".

Aquí los monjes, han sido atacados mientras salen a pedir limosna. El último incidente fue hace unos tres meses. Un monje resulto herido por una bomba mientras estaba pidiendo limosna. Otros cuatro soldados también resultaron heridos.

Si los soldados no hubieran desactivado la carga del explosivo, muy probablemente el monje hubiera muerto.
- ¿Sigue siendo monje o ha abandonado los hábitos? (pregunta el periodista)
- No, ya no es monje.

Es ese que está andando por allí.

Wacharapong Suttha, ex monje:

"Generalmente vamos a pedir limosna a las 7 de la mañana. Pero ese día fuimos más tarde. Entonces la bomba estalló y los soldados que estaban detrás de mi empezaron a correr. Y uno me agarró por el brazo. Este brazo estaba como inerme. Sentí como si me lo hubieran arrancado. La explosión fue tan fuerte. Siempre tengo miedo. Pero tienes que aguantar. Tienes que ser duro y ante cualquier cosa que te suceda tienes que ser fuerte y no pensar demasiado. Es tan estresante. He pensado incluso en suicidarme. Estuve llorando esta mañana temprano".

Kongrapan Ngoipala, profesor de la escuela elemental:

"En esta escuela no sólo hay budistas o sólo musulmanes. La escuela está en la tierra de un templo budista. Pero la mayoría de los estudiantes que hay aquí son más del 80% musulmanes.

En el pasado sus padres y abuelos estudiaron aquí. Tienen vínculos con esta escuela. Y no sienten que lo estén haciendo mal por el hecho de enviar a sus hijos a esta escuela. Y en cuanto a los que apoyan la insurgencia, algunos puede que envíen a sus hijos aquí, pero no muchos. Yo enseño música a los niños. Espero que un día podamos actuar para la princesa de Tailiandia, que podamos mostrárselo aquí, en el sur de Tailandia".

Conocemos el modo de vida tailandés. Ya sean budistas o musulmanes, todos ellos conocen el modo de vida tailandés. Ayer estuvimos hablando sobre beber leche: (Se dirige a los alumnos y les pregunta):

¿Y qué te hace? ¿Te hace más…? Fuerte (responden los alumnos)

¿Y quién nos proporciona la leche? El Gobierno (responden)

Pratubjit Neelapaijit, Fundación Justice for Peace:

"Puedo decir que la política que se ha estado haciendo no es efectiva. La relación conflictiva entre los distintos grupos no ha decrecido, sino que se va incrementando año tras año".

Tak Bai, 25 de octubre de 2004. Un evento violento en 2004. Esa fecha permanece en la memoria de muchos musulmanes aquí. En la ciudad de Tak Bai soldados tailandeses y la policía abrieron fuego contra cientos de manifestantes musulmanes que no estaban armados. Los manifestantes pedían la liberación de siete voluntarios.

Después del tiroteo, más de cien hombres y chicos musulmanes fueron atados y transportados hasta centros de detención. Cuando llegaron, 78 hombres habían muerto asfixiados. Desde este día hasta hoy, ninguna fuerza de seguridad ha sido castigada por lo que pasó.

Pratubjit:

"La cuestión principal que está en el corazón de la gente aquí es la justicia".

Pero es mucho más que una simple cuestión de abusos cometidos por el Estado tailandés. Muchos musulmanes aquí también han sido víctimas de la insurgencia y por eso apoyan a los vecinos de al lado. Por eso, muchos musulmanes se debaten entre la confianza al estado y la insurgencia como la que hay aquí.

Abdullah Hayimamud, Imán:

"La gente aquí piensa que el Estado tailandés es como un extraño. El Estado no gobierna por igual a los musulmanes y a los budistas tailandeses. Y mientras que el Estado no proporcione aquí justicia, nunca habrá paz aquí.

Hay dos grupos de musulmanes. Los musulmanes que siguen su religión y los que no. Pero hay más musulmanes que no siguen el Islam. Los problemas aquí no son religiosos.

Los problemas están enraizados en las injusticias cometidas por el estado tailandés. Pero si el estado acusa a los profesores de religión de ser terroristas, esa clase de pensamiento sólo alimenta el conflicto. Nunca sabes cuándo explosionará la próxima granada o cuando explotará la próxima bomba porque los insurgentes siempre están siempre vigilando y nunca sabes dónde será el próximo ataque".

(Dice el profesor Kongrapan Ngoipala):

"Pero lo más importante está justo aquí. Este amuleto budista. Siempre lo llevo allá donde voy e intento centrarme en buenas intenciones. Al fin y al cabo, no estoy aquí para hacerle el mal a nadie. Estoy aquí para trabajar, para enseñar".

Mongkol Nuudaikaew, de la Brigada de Explosivos de Tailandia:

"Todo sucedió tan rápido que al principio no sentí nada. Estaba fuera de combate. Después empecé a recuperar mis sentidos y volví a la realidad. Me miré y vi que todo estaba bien, que estaba de una pieza. Cuando caminé, mientras levantaba las manos me decía a mí mismo: "Estoy bien, estoy bien". Pero nadie podía oír lo que estaba diciendo. Solo quería que ellos supieran que todo estaba bien. Es lo primero para nosotros: ponernos el traje especial para explosivos, salir a sobrevivir".

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