Una comisión del Condado de Marion, en Oregon, ha ordenado que una incineradora deje de recibir desechos médicos para generar energía. Entre estos desechos biomédicos se incluían tejidos humanos, como restos de tejido fetal procedente de abortos o miembros amputados, según ha publicado el periódico B.C. Catholic.
Tras el revuelo ocasionado por la noticia, una junta de comisionados del condado decidió reunirse de manera urgente para debatir este asunto. Tras ella, se prohibió de manera expresa la aceptación de tejido fetal como desecho médico. En un comunicado publicado por la junta, su presidente Sam Brentano dijo que creían que su ordenanza "excluía este tipo de materiales". Además añadió que, a pesar de que ninguna ley fue rota, "existe un principio ético que ha sido violado y no podemos autorizar que esta práctica vuelva a suceder en el futuro".
Kristy Anderson, portavoz del Ministerio de Salud de la Columbia Británica, declaró a The Associated Press que las autoridades regionales de salud tienen un contrato con una empresa que envía desechos biomédicos, como tejido fetal, tejido canceroso y miembros amputados a Oregón, donde son incinerados en la planta de producción de energía. Un representante de la planta, además, le dijo a la citada publicación que desconocían que en los cargamentos que llegaban de Canadá y otros lugares había tejido humano.
La planta procesa 550 toneladas de desechos sólidos municipales y 700 toneladas de desechos médicos procedentes del condado y 1.200 procedentes de otros lugares.
Hasta que los nuevos procedimientos se instauren, la comisión ha decidido suspender la aceptación de cualquier tipo de desecho médico en la incineradora.
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