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¿De qué hablamos cuando decimos que el comercio electrónico sube en España?

Empresa logística Amazon
¿De qué hablamos, cuando decimos que el comercio electrónico sube en España?
EFE

El pasado viernes, 2 de octubre, la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) publicó su informe trimestral sobre Comercio electrónico en España, con una nota de prensa titulada: “El comercio electrónico superó en España los 12.200 millones de euros en el primer trimestre de 2020, un 11,6% más que el año anterior”.

Es un incremento importante, sobre todo, teniendo en cuenta que la declaración del Estado de alarma y el confinamiento de la población por culpa de la Covid se produjeron el 14 de marzo. Luego sólo se incluyen en este informe estadístico los datos correspondientes a la segunda quincena de marzo. Y es de prever que los datos del segundo trimestre de 2020 muestren un incremento aún mayor.

Pero ¿qué se esconde tras estas cifras?, ¿de qué hablamos, cuando decimos que el comercio electrónico sube en España?: ¿de que las empresas españolas venden cada vez más por internet, lo cual sería muy bueno, o de que cada vez más consumidores españoles compran a empresas extranjeras, lo cual no sería tan positivo para las empresas españolas y la balanza comercial del país?

Un gráfico que es una radiografía

Un gráfico que incluye este informe y que constituye una radiografía de la salud del comercio electrónico en España da la siguiente ‘imagen para el diagnóstico’: Casi el 60% de las transacciones de comercio electrónico de los españoles se realizan en webs extranjeras, frente al poco más del 32% en webs en España. Y sólo el 8% se realizan desde fuera de España con empresas españolas.

En cuanto a la facturación, la imagen sale un poco mejor y las webs en España y las webs en el extranjero se reparten el negocio casi al 50%: las webs de comercio electrónico en España se han llevado el 49,2% de los ingresos y el 50,8% restante se corresponde con compras hechas desde España a webs de comercio electrónico en el exterior.

No obstante, el “saldo neto exterior” (la diferencia entre lo que se compra desde el extranjero a sitios webs en España y lo que se compra desde España al extranjero) arroja un déficit de casi 4.000 millones de euros (3.959 millones). Y eso que hablamos de webs de comercio electrónico “en España”, que no es lo mismo que webs de comercio electrónico españolas.

Faltan detalles

Para conocer aún mejor el estado de salud del comercio electrónico en España, necesitaríamos tener datos más concretos sobre cómo se computan las compras de consumidores españoles en las grandes plataformas extranjeras de comercio electrónico que prestan servicio en España (amazon.es, es.aliexpress.com, etc). Porque, si se computan como “webs en España”, los datos son mucho peores.

También habría que saber el origen geográfico de los productos que se compran en esas plataformas extranjeras de comercio electrónico que operan en España (especialmente, en amazon.es). Porque es cierto que, a través de ellas, también se pueden comprar productos españoles (hechos en España) o comercializados por empresas españolas (aunque no sean españoles).

En todo caso, parece que estas cifras no son muy halagüeñas para el comercio electrónico español y, lo que es aún peor, para el comercio español en general. Porque lo importante no es que aumente el comercio electrónico de las empresas españolas, sino que aumente el comercio, en general; es decir las ventas de las empresas españolas en el conjunto de canales: presencial, telefónico, online…

¿Qué hacer?

¿Qué hacer ante este panorama desolador? Son muchas las iniciativas, públicas y privadas, que se han tomado desde el año 2000 para intentar digitalizar a las empresas españolas e impulsar el comercio electrónico. El pasado mes de julio se anunció el nuevo Plan España Digital 2025, que vuelve a incluir este objetivo. Pero, seamos sinceros, no estamos ganando esta batalla.

Nuestro talón de Aquiles ha sido siempre -y sigue siendo- la micropyme, que es muy difícil de digitalizar y, por tanto, es muy difícil que haga comercio electrónico por sí sola. Necesita la ayuda de plataformas de comercio electrónico que se lo den todo hecho. Y en este punto, necesitan empresas de soluciones tecnológicas y los 'market places' de grandes operadores, como Correos o El Corte Inglés.

Que las tiendas españolas hagan comercio electrónico es esencial para que no desaparezcan y para que no desaparezcan con ellas muchos puestos de trabajo y, también, la vida de nuestros barrios y ciudades. Porque, aunque parezca una contradicción, sólo impulsando el comercio electrónico local podremos conseguir que se mantenga el comercio tradicional (presencial).

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