Frank Cuesta saltó a la popularidad gracias a su docushow de Cuatro, Frank de la Jungla. El nombre ya era una declaraciones de intenciones. Más tarde, fichó por Discovery Max para protagonizar Wild Frank. Más aventura, más divulgación y más presupuesto desde la cadena temática española de documentales que más invierte en producción propia.
Los programas de Cuesta son sinónimo de divulgación sobre la naturaleza y sus habitantes más salvajes pero, también, son ejemplo de espectáculo televisivo, pues el carácter de este particular aventurero no conoce las medias tintas. Ya sea en la selva o en Twitter.
Porque, en la red social del pajarito (animal tenía que ser), Frank Cuesta se ha transformado en un generador de pasiones y polémicas. Ha trasladado al universo social media su vehemencia a la hora de defender sus creencias.
No sólo en el ámbito personal (con la batalla para salvar a su mujer Yuyee de la cárcel), también en su compromiso con la protección de los seres vivos. Twitter y Youtube son sus plataformas para luchar y canalizar su indignación, en este sentido.
Como le pasa a tantos ciudadanos, Cuesta demuestra ímpetu y hasta virulencia por lo que cree firmemente en las redes. Y eso ha producido que se multiplique su influencia viral de forma exponencial. Lo convierte en uno más, los usuarios de las redes se identifican con él.
Y sus seguidores buscan ver en sus vídeos o tuits esa particular autenticidad, compartan o no sus argumentos. Ahí estriba su capacidad de persuasión en las redes sociales, que ha crecido en los últimos tiempos: habla claro, demasiado claro en ocasiones.
Así, ha demostrado cierta aptitud para la movilización ciudadana, que ha llevado a impulsar la crispación contra el programa Vaya Fauna, incluso entre gente que jamás vio el formato de Telecinco, o ha apaciguado las más rastreras salidas de tono de un reducto de tuiteros tras la muy grave cogida de Francisco Rivera en Huesca.
Frank Cuesta debate, se apasiona y se emociona en Twitter y Youtube. Ese es su mayor acierto en la red social, guste más o menos: ser él mismo. De hecho, sus contundentes declaraciones en las redes sociales se han convertido en generadoras de contenido para los medios.
Aunque, eso sí, aunque tuitea a las personas que mencionan sus comentarios, Frank Cuesta aún no ha followeado a ningún seguidor en Twitter. Ese es su error en el uso de la red social.
Frank de la Jungla cuenta con más de 400.000 seguidores y, en cambio, no sigue a nadie. Ahí suspende. Porque Twitter, como cualquier red social, no sólo es comunicar, también es descubrir las vivencias, informaciones y estados de ánimo de los demás. Porque Twitter no sólo es escucharse a uno mismo, Twitter es sobre todo descubrir el sentir instantáneo de la jungla (virtual) que nos rodea.
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