OPINION

Los motivos por los que es difícil creerse la hipnosis en televisión

hipnotizame edu soto
hipnotizame edu soto

Hipnotízame, la serie de especiales de hipnosis de Antena 3, se ha instalado en la noche de los viernes con relativo éxito. La semana pasada, el programa lideró con un 14,9 por ciento de cuota de pantalla y 1.897.000 espectadores. Un buen dato para Atresmedia que aprovecha este espacio para mantener a ese público fiel al espectáculo de entretenimiento, mientras regresa a esta franja horaria Tu cara me suena.

Quedan aún dos galas más grabadas de Hipnotízame, versión no oficial del exitoso formato francés Stars Sous Hypnose, donde el famoso hipnotizador Messmer triunfa en audiencias durmiendo a las celebrities galas. En España, con menos presupuesto y menos grandilocuencia, intenta lo mismo el hipnotista Jeff Toussaint. Aunque, programa tras programa, surge un problema: gran parte de la audiencia no se cree lo que está viendo.

Antena 3 ha intentado poner remedio a esta duda con un vídeo, lanzado a través de las redes sociales, en el que se explica el fundamento real del estado hipnótico, que tiene su lógica como trance de sugestión psicológica. Sin embargo, la emisión convencional de Hipnotízame prima un frenético ritmo televisivo que no pierde el tiempo en mostrar el proceso que lleva a caer dormido de golpe y terminar haciendo delirantes gags.

Es una decisión editorial de los responsables del formato, con Jorge Salvador y Pablo Motos en la producción ejecutiva, que han optado por el espectáculo que no se lía en explicaciones. Saben que es imposible que todo el mundo crea en la veracidad de los hechos y han preferido centrarse en la comedia.

Pero, al mismo tiempo, han dejado escapar la oportunidad de innovar y crear más tensión en el ojo del espectador, pues incorporar de forma efectista ciertos prolegómenos de la hipnosis puede ser un show por sí mismo que despierte más emoción en el público, sugestionándose también con la experiencia hipnótica desde casa. Situación que no provoca Hipnotízame.

Al final, este programa no deja de ser, salvo alguna excepción, un desfile de cómicos haciendo comedia, lo que hace más complicado creérselo, ya que las gamberradas que realizan (o padecen) los protagonistas no distan tanto de sus interpretaciones habituales en programas de humor como Me resbala.

Faltan más personalidades relevantes en "trance", que impregnen de credibilidad al show al atreverse a mostrarse fuera de su área de confort. Aunque, claro, también es complicado que cualquier profesional de la tele se preste al delirio de la hipnosis en prime time, un peculiar género que no triunfaba en España desde Tony Kamo en Hola Raffaella y Giucas Casella en Noche de Fiesta. Por culpa de las tendencias de la televisión internacional, la hipnosis ha regresado y lo ha hecho demostrando que, en veinte años, las cadenas no han cambiado tanto como pensábamos.

@borjateran

Y ADEMÁS…

3 locuras de ‘El Hormiguero’ que son claves en su éxito (y que no pintaban tan bien al principio)

El truco de Chicho Ibáñez Serrador que sigue vigente hoy

4 anomalías de la TV en España (que hemos acabado interiorizando como normales)

La actuación que no permitirían los temerosos directivos de la TV en España

Los tres errores de las cadenas en las redes sociales

5 razones por las que no podríamos hacer ‘Juego de Tronos’ en España

Lo que TVE debe aprender de su propia historia

Mostrar comentarios