OPINION

Las frases memorables de la tele, un viejo truco para trascender

Aquí no hay quien viva
Aquí no hay quien viva

Lograr una frase que calara en la sociedad siempre fue una aspiración de cualquier profesional del entretenimiento televisivo. Chicho Ibáñez Serrador en el 'Un, dos, tres...' hacía orfebrería de eslóganes para la posteridad que el público coreaba dentro y fuera del estudio del concurso.

"Y eso duele", de La Bombi. "¿Cómo estaba la plaza? Abarrotá", del Dúo Sacapuntas. "Campana y se acabó", de las Tacañonas. "Y hasta ahí puedo leer", de la propia Mayra Gómez Kemp. Frases y más frases que se repetían en un guion con la intención de convertirse en expresión cotidiana, porque era era una de las mejores maneras de definir un éxito apoteósico televisivo: que tu frase está en la calle.

"Un poquito de por favor", "Para dentro, Romerales", "Multiplícate por cero", "Hasta luego, Lucas", "a mediodía... alegría", "nena, tú vales mucho",  “Quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza“.... Aunque pasen los años, incluso las décadas, hay frases memorables de la tele que llegaron para quedarse. 

Algunas surgen espontáneamente, otras son maquinadas por los creativos televisivos con destreza. De hecho, los diseñadores de los talent y reality shows tienen meridianamente clara la necesidad de implantar en sus programas ciertas liturgias escénicas que otorgan más carismática entidad al formato.

En esos rituales, a la caza de la épica, siempre hay una frase planificada de tal forma que el espectador pueda hacerla suya y repetirla en su día a día. Así se favorece un boca a boca sobre el propio show que asienta el programa en la rutina social. Si no lo ves, te estás quedando fuera de la conversación entre amigos o compañeros de labores. 

Por eso mismo, Mercedes Milá siempre repetía tal cual aquello de "la audiencia ha decidido que debe abandonar la casa...". Ni una palabra se podía cambiar de la proclama. Lo mismo sucede con el icónico "cruza la pasarela" de 'Operación Triunfo', el comodín para la vida de soltar cuando no quieres contestar algo con un "Pasapalabra" o, en los últimos meses, el alunizaje de una nueva expresión: "no hay más imágenes para ti". Sí, porque el éxito de 'La isla de las tentaciones', también es fruto de un puñado de coletillas contagiosas más allá del grito de "Estefaníaaaaa".

Eso sí, no siempre sale bien eso de insistir en una frase. Lo sufrió Mariló Montero en los primeros años al frente de 'La mañana de La 1'. Ella repetía constantemente "Dalo por hecho". Detrás de cada contenido del programa, "Dalo por hecho". Una y otra vez. Hasta las pizarras que chivan el guion tenían apuntado 'dalo por hecho', para que a la presentadora no le olvidara tal latiguillo. Pero la coletilla no empatizó con el público. Otros tuvieron mejor suerte, como Ernesto Sáenz de Buruaga y su 'Así son las cosas y así se las hemos contado'. Tenía dos factores para triunfar. Era contundente y, a la vez, polémica.

El ejercicio de recordar frases de la tele, al final, es un choque con los recuerdos de nuestra propia vida. Incluso marcan lo que nos une y separan a unas y otras generaciones, aunque las frases más emblemáticas son las trascienden su origen televisivo y se quedan en la cultura cotidiana para siempre.

Como aquel "¿Cómo están ustedes?" de Los Payasos de la Tele. La primera vez que cruzaron el telón del plató de TVE, Gabi, Fofo y Miliki ya lanzaron su legendaria pregunta al público. Es más, ya incidieron en el 'no se oye' para que los niños contestaran más fuerte. Venían de América con mucha tele a sus espaldas, entendiendo que era fundamental que los niños se sintieran partícipes del show, había que implicar a esa pequeña audiencia. Y ese objetivo, a veces, se alcanza con una empática frase que el público termina haciendo suya. 

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