Antena 3 tiene que reestructurar su tarde ante la llegada de 'Pasapalabra'. 'Amar es para siempre', 'El Secreto de Puente Viejo', 'Ahora Caigo' y 'Boom' deben dejar hueco al concurso de 'El Rosco'. Y pinta que será el juego de las trampillas de Arturo Valls el primer damnificado.
En emisión desde 2011, 'Ahora Caigo' cuenta con una contraindicación para sobrevivir en los tiempos televisivos que corren: sus concursantes no se mantienen en el tiempo. Cada día, el casting de rivales es diferente y, por tanto, el espectador no tiene, a priori, el suficiente margen para construir un vínculo de cariño con ellos. La dinámica de este quiz show tiene un desenlace en cada entrega. No se centra en dilatar la participación en el juego con el objetivo de generar lazos emocionales de implicación con una audiencia que, con el paso de las semanas, asiste a una tensión en aumento ante un bote en crescendo. Característica que sí atesora 'Boom' y 'Pasapalabra'.
'Ahora Caigo' parece menos competitivo en las mecánicas imperantes de la televisión actual, donde se ha interiorizado (falsamente) que el espectador no cuenta con la suficiente paciencia como para permitirse unos minutos a descubrir a personas anónimas. Al igual que en los realities, se prima que el público conozca a los concursantes antes de que arranque el programa. A este ritmo, siempre veremos jugar a los mismos. Menos mal que 'Saber y Ganar' va renovando la cantera de 'sabios'.
Así todo parece indicar que 'Ahora Caigo' caerá. Otra opción sería retirar 'El secreto de Puente Viejo', que ya ha cumplido un longevo ciclo en emisión y evidencia un desgaste de audiencias. Sin embargo, Antena 3 vende este serial al extranjero. Es un triunfo en Italia, así que atesora una segunda vida de rentabilidad que lo salva, de momento, de una cancelación. Atresmedia no sólo es un grupo de cadenas emisoras, también es una productora de contenidos que se venden a terceros.
Pero, como cadena de emisión tradicional, Antena 3 necesita un eje de programación en directo en sus tardes. Un programa-revista pegado a la actualidad que ordene, estructure y visibilice con la energía del vivo su franja vespertina.
Mientras llega este formato, 'Pasapalabra' se presenta como un revulsivo para las tardes de la cadena. Aunque tampoco será un infalible salvador, ya que no deja de ser un programa viejo que puede haber sufrido el efecto televisivo del 'envejecimiento instantáneo'. Porque hay formatos de gran éxito que si salen de la rutina diaria de la parrilla, aunque sólo sea unos meses, se transforman automáticamente en antiguos.
'Pasapalabra' debe regresar sin desvirtuar el tono que fue adquiriendo en Telecinco. De ahí que Antena 3 haya fichado al director del concurso en sus once años en Mediaset, Rafa Guardiola. Pero le falta el presentador o presentadora que despierte ese tono de conchabanza con los concursantes vips que favorecía Christian Gálvez.
A favor de este retorno, es que Antena 3 es la cadena privada con más larga tradición en quiz shows. De hecho, debería experimentar más con la fórmula del juego de cultura general en prime time. Los buenos rendimientos de los especiales de '¿Quién quiere ser millonario?' en el horario de máxima audiencia de los miércoles evidencian que, tal vez, este género televisivo debería volver a ser más explotado en franjas de consumo masivo. ¿'Ahora Caigo' debería reinventarse dando el salto a la noche?
En los últimos años, las grandes cadenas generalistas se han quedado atascadas en sólo tres tipos de géneros de producción propia en sus apuestas estelares de prime time: series, realities o talent shows. Como si la televisión se redujera a eso. Sin percatarse de que para competir televisivamente hay que tener la intuición de salirse de los patrones repetitivos e invertir en formatos que te distingan de los rivales. Incluso en sus horarios de emisión. ¿Qué norma dicta que los concursos de cultura general deben recaer siempre antes del informativo? ¿por qué no después?
Las películas de relleno no hacen marca de canal, pero otros formatos de producción propia sí. Algunos incluso son muy competitivos en costes presupuestarios. Y los concursos clásicos bien promocionados, más allá de los talents shows cortados por el mismo patrón, son uno de estos géneros por probar.
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