OPINION

Por qué 'El Hormiguero' de Pablo Motos sí merece el Premio Nacional de Televisión

Las redes sociales son una fuente de información pero, también, de confusión. Es fácil tergiversar la realidad a golpe de 'tuit' y 'retuit'. Pablo Motos lo ha sufrido este fin de semana, cuando se ha convertido en 'trending topic' (lo más comentado de Twitter) al descubrir los usuarios de esta red social que ha sido "distinguido" con el "Premio Nacional de Cultura". Rápidamente, el personal ha volcado su indignación en el frenesí de la red social, sin pararse a pensar demasiado. Sólo guiándose por la opinión subjetiva que le despierta el presentador.

Pero es mentira: Pablo Motos no ha sido galardonado con el Premio Nacional de Cultura. Es El Hormiguero, el programa, el que ha recibido un premio que tampoco es el Premio Nacional de Cultura.

El Hormiguero ha logrado el Premio Nacional de Televisión de 2016. Y, por eso, Pablo Motos ha recogido este reconocimiento, dotado de 30.000 euros, de manos de los Reyes el pasado miércoles 13 durante un acto en el que también se premió a personalidades como Concha Velasco (Premio Nacional de Teatro) o a la bailarina Sol Picó (Premio Nacional de Danza).

Se trata de la primera vez que el Premio Nacional de Televisión, entregado desde 2009, recae en un programa diario de entretenimiento. Cuéntame cómo pasó, Chico Ibáñez Serrador, Concha García Campoy, Jesús Hermida o los servicios informativos de TVE -en la etapa de Fran Llorente como director- han sido algunos de los premiados hasta la fecha, pero faltaba reconocer la labor de un espacio diario.

Y El Hormiguero ha sido el primer programa espectáculo en recibir este galardón. Un premio que, además, no admite mucha discusión, pues este formato es el mayor exponente de la televisión creada y hecha en España en tira diaria que cosecha el beneplácito del público. Incluso una década después de su estreno.

El Hormiguero, como producto televisivo, se merece este reconocimiento al poner en valor la creatividad con un espacio que no se queda en los cánones previsibles de la pequeña pantalla. Nadie puede negarle que ha reinventado el talk show tradicional al incorporar dos marionetas, Trancas y Barrancas, que sirven como reconocibles personajes, enriquecen el formato y funcionan como irónicos antagonistas para el presentador, dando una entidad especial y única al show.

Además, el espacio de Pablo Motos y Jorge Salvador ha sabido introducir en el horario de máxima audiencia secciones de retos y experimentos, convirtiendo la ciencia en un espectáculo que dinamiza la entrevista principal, asombra al espectador (y al invitado) pero, también, enseña curiosidades a través del entretenimiento televisivo, que no siempre tiene por qué ser vacío.

Hay, pues, toneladas de cultura en un programa que también promociona el arte en sus entrevistas a artistas. Ellos promocionan su música, su cine, su teatro... Arte muy mainstream, sí, porque no hay cabida para aquellos que no son populares o para una película pequeña o independiente, pero lo cierto es que quienes van a "divertirse" a El Hormiguero no dejan de hablar de cultura que encuentra su visibilidad en la poderosa televisión de masas.

Todo ello aderezado con una narrativa televisiva inteligente. Cada historia se cuenta con un reconocible ritmo, que surge de constantes músicas de fondo que van marcando los estados de ánimo del programa, y lo vemos mediante una realización visual efectista que no deja que decaiga la atención de sus espectadores, que son muchos cada día, más de tres millones. Una excelente salud para un formato con más de dos mil programas a sus espaldas.

¿No son suficientes méritos para premiar El Hormiguero? Porque los premios no se deben entregar por el hecho de que caiga mejor o peor su artífice en las redes sociales, sino por lo que aporta como producto al medio televisivo. Y El Hormiguero ha hecho mejor la televisión en España. Y eso es incontestable.

> 3 locuras de ‘El Hormiguero’ que son clave en su éxito (y puede que no sonaran tan bien al principio)

@borjateran

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