OPINION

TVE, mínimo de audiencia: la lección que no aprende de la cola de niños del casting de 'MasterChef'

Niños casting masterchef
Niños casting masterchef

La televisión se moviliza en verano para preparar los programas de la nueva temporada. Esta semana, después de pasar por Valencia y Barcelona, el equipo de casting ‘MasterChef Junior’ ha realizado en Madrid la audición para séptima edición, que llegará previsiblemente a TVE en Navidad.

A la prueba han sido convocados más de 70 niños y niñas, los mejores de los inscritos en el casting online del programa. Ahí han cocinado platos como gazpacho de melocotón con espuma de paraguaya, sopa fría de guisantes con crema agria y crujiente de jamón, rollito de cecina y foie con mermelada de pimientos, coulant de chocolate con helado de mango, bizcocho de manzana con coulis de frutos rojos o brownie con mousse de galleta.

Niños casting masterchef
En pleno casting. / Shine Iberia-TVE

Los candidatos llegan a los castings con una maña que deja atónitos a los expertos del programa. Pero, a la vez, esta capacidad entre fogones de los niños demuestra el poder de la televisión a la hora de generar referentes.

'MasterChef' ha despertado el interés de los niños por la cocina, dignificando a través del entretenimiento televisivo el trabajo de cocinero. Los niños ya no sólo quieren ser futbolistas o astronautas, como antaño, ahora también ansían ser un 'masterchef'.

Lo que recuerda la importancia de la televisión pública para descubrir y, así, movilizar curiosidades e inquietudes. Y eso no sólo se consigue creando guetos excluyentes de documentales aburridos, sobre todo se logra invirtiendo en formatos de entretenimiento constructivo. Porque las armas del entretenimiento son las mejores aliadas para inspirar con ideas que tal vez el público ni se había planteado que le inspiraran.

Es más, si atesora 'chicha' el entretenimiento es más interesante para las grandes audiencias porque contiene un valor añadido, que amplifica la experiencia del visionado como más atrayente y con más texturas para seguir pensando en lo que se ha visto cuando termina el show. Esto último es un detalle crucial para la relevancia de un canal.

Es uno de los problemas de fondo que esconde TVE: sus programas diarios no cuentan con esa chicha que trasciende en gran parte de sus contenidos. En muchos casos, hablan de temáticas repetitivas, previsibles y vacías como si temieran ofender a alguien o no confiaran en la inteligencia del público. Como consecuencia, la cadena este mes de julio ha sufrido otro mínimo histórico de audiencia con un 8,6 por ciento de share. La 1 de RTVE es invisible, porque no toma el pulso a la curiosidad del espectador y se queda en un bucle de reportajes sobre torreznos que están muy bien, pero no pueden ser lo único día sí y día también. Falta chicha. Todo está edulcorado.

Nada que ver con 'MasterChef'. Un talent show de prime time que juega con el entretenimiento a lo grande. Incluso no teme tensar la cuerda de las ideas para no acomodarse. Pero no lo hace quedándose en el comentario vacío, la polémica superficial o el chascarrillo mal documentado, como sucede en muchos magacines de la parrilla diaria de TVE, que son los que de verdad sostienen la programación y han llevado a mínimo a la cadena.

No, 'MasterChef' consigue traspasar porque el show se sustenta en un buen viaje a nuestra cultura. De hecho, en cierto sentido, abre la mente sobre detalles de nuestra cultura, sus grandezas, sus imperfecciones y su forma de relacionarnos con ella. Y eso inspira. Y eso es la televisión pública que trasciende, la que termina marcando porque juega con cierto trasfondo. Lo tienen casi todos los programas que más se recuerdan. De 'Un, dos, tres' hasta 'Tu cara me suena'. Y eso es lo que ha despertado inquietudes a estos niños de 'MasterChef', que mientras se divertían a través de la tele con algo de 'chicha' en su contenido se han percatado de la cocina como estimulante parte creativa de nuestra rica, rica historia.

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