Podemos: de movimiento romántico a partido volcánico en cuestión de meses

La conquista del poder tiene dos fases: la romántica y el resto.

Podemos ha pasado su fase romántica. Era cuando no tenían el poder. Sin un pasado manchado de escándalos (grandes escándalos), gozaban de la confianza de los electores. "Chicos buenos quieren cambiar el sistema".

Desde que forman parte del sistema, han pasado de la fase romántica a la volcánica. Es la de las bofetadas. Les vienen por todos sitios. Este es un resumen.

-Disidencia interior. Dimisiones o destituciones en Madrid, Galicia, País Vasco, La Rioja, Cataluña y Cantabria. En poco tiempo, este partido ha tenido más problemas interiores que el PP y el PSOE en los últimos 30 años. Solo en un año ha tenido seis crisis territoriales.

-La montaña rusa. Basta ver las encuestas sobre popularidad e intención de voto de Podemos para comprobar que es el partido que ha tenido más oscilaciones desde mayo de 2014.

-Escándalos. El pago de casi medio millón de euros al número 3 de podemos Juan Carlos Monedero; la suspensión por la Universidad de Granada del número 2, Iñigo Errejón; las sospechas de financiación por Irán a través de un canal de TV, los enchufes de amiguetes en alcaldías y comunidades...

-Cargos en duda. Desde el alcalde de Cádiz, al de Zaragoza, pasando por concejales en Madrid, los cargos electos de Podemos o sus aliados están saliendo en los medios por sus meteduras de pata y sus abusos.

-No condenar al terrorismo. Es uno de sus puntos más débiles y preocupantes: en lugar de solidarizarse con las víctimas del terrorismo, hacen todo lo contrario: apoyar a un líder como Otegi, estrechamente relacionado con el terrorismo.

-Insultos al PSOE. Los insultos y las amenazas al PSOE proferidos por Pablo Iglesias dentro y fuera del Congreso le han distanciado de buena parte de sus votantes, los cuales no quieren dejar pasar la oportunidad de pactar un gobierno de izquierdas.

-División en Cataluña. En esa comunidad, Ada Colau, aliada de Podemos, está creando un nuevo partido que va a competir con Podemos.

-Yo, el líder. Pablo Iglesias es un líder con carisma, pero quienes le conocen de cerca saben que su mayor defecto es su ego. Eso se sigue manifestando en sus apariciones públicas y ya la está pasando factura.

Varios analistas afirman que todo esto se debe a que no es un partido consolidado. Puede que tengan razón. Han nacido y crecido con tanta rapidez, que ni ellos mismos lo pueden digerir.