¿De Menina a Sucesora?

    • ¿Tendría el punch necesario para destacar entre los tres tenores?
Albert Rivera y Soraya Sáenz de Santamaría esperan a Pedro Sánchez antes de comenzar el debate
Albert Rivera y Soraya Sáenz de Santamaría esperan a Pedro Sánchez antes de comenzar el debate

Se esperaba un debate de tres contra uno. Del "todos para uno y uno para todos" de los tres mosqueteros, a todos contra una y una contra todos. Sin embargo la función no siguió el guión y tuvo sus matices. Sánchez, contra Saenz de Santamaría, Sanchez y Saenz contra Rivera e Iglesias a su bola. Era lo lógico, dado que los tres necesitan desalojar a Rajoy del Gobierno para llegar al poder debían atacar al PP. Pero, a su vez, buscan posicionarse como el número dos para mandar en ese desalojo.Pablo Iglesias, siempre imaginativo,ha bautizado el ascenso de Soraya como "la operación Menina", que consistiría en convertir a un personaje más del cuadro, como lo diseñó Velazquez, en el protagonista principal. Según su versión inicial el golpe se realizaría después del 20D, cuando Albert Rivera exigiría la cabeza de Rajoy para apoyar un Gobierno del PP y Soraya fuera la alternativa.Pero Ciudadanos ha reculado en pronunciarse sobre ese escenario aconsejado por: a) la firmeza expresada por los populares en contra del cambalache, b) la previsión de que es posible una gran distancia de los escaños del PP respecto al siguiente, y c) la desastrosa imagen de lo que está pasando en Cataluña en una operación similar. Así que Soraya sólo sería Presidenta, bien si Rajoy la designara a mitad de legislatura, bien si su partido la propusiera para la siguiente elección ¿Se confirmó como sucesora? Ese era uno de los morbos del debate.Por eso tenía tanto interés ver cómo se desenvolvía la Vicepresidenta en el match a cuatro ¿Tendría el punch necesario para destacar entre los tres tenores? Un verdadero acontecimiento mediático. Sin ninguna duda. El tema se presentaba difícil. Pero también había un antecedente esperanzador. La última actuación de los tres cantantes, la del país con silla vacía incluida, dio el triunfo al, o la, ausente. Pasó de Operá a Opereta. Lógico, faltaba la Diva y ya se sabe una obra teatral sin personaje discordante queda floja.Así que esta vez Soraya era la Diva del cuarteto, que sonó discordante. Cada uno a lo suyo y los tres contra la Vicepresidenta y a pelearse entre sí. La popular tenía buenas municiones (los resultados económicos y la bondad del consumo que ya se nota en la calle) y algún plomo en las alas (la corrupción que anidó en el PP de Barcenas, Gürtel y Púnica).El líder socialista tenía todas las de perder, por la historia económica del Gobierno ZP y porque la corrupción penetró también en el PSOE. Pero se presentó como el único cambio posible y se notaba más suelto, parece que ha aprendido.Podemos está fuera de juego, el resultado de las elecciones en Venezuela y sus contradicciones internas lo reducen a un grupo determinado de electores. Ciudadanos llega sin hipotecas, fresco, pero con imagen de inexperiencia.Soraya aprovecho sus triunfos, jugó bien sus cartas y sorteó los escollos de acuerdo con su bagaje opositor de "Abogado del Estado". Como hace después de los Consejos de Ministros. Muy a estilo del PP de Rajoy: profesional ¿Entusiasma? No saca gritos de éxtasis entre sus seguidores, pero tampoco defrauda a los suyos, que ya es bastante. Soraya es una sucesora digna, capaz de Gobernar con tino administrativo. Algo similar a lo que pasó con Merkel en Alemania. Sería mejor Presidenta que candidato. Pero, al fin y al cabo, lo que se elige es un gestor, no una estrella de la televisión, para eso ya está Iglesias.

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