El difícil papel que le ha tocado desempeñar a Felipe VI

    • El modelo de político pasota es Mariano Rajoy según sus adversarios, pero los irritados barones socialistas cumplen el prototipo.
    • La repetición de elecciones es una eventualidad que no hay que descartar y que el monarca no puede dejar de considerar. De ahí la frase nos vemos pronto.
En Marea traslada al Rey su disposición a apoyar un Gobierno de Pedro Sánchez "con un proyecto de izquierdas"
En Marea traslada al Rey su disposición a apoyar un Gobierno de Pedro Sánchez "con un proyecto de izquierdas"

Algunos se han escandalizado por unas palabras pronunciadas por elRey Felipe VIen las consultas que realiza con representantes de grupos parlamentarios para la formación de Gobierno. Lo que les asombra es que el monarca haga comentarios a sus interlocutores, cuando lo sensacional sería que guardara un sepulcral silencio y se limitara a escuchar sin preguntar. Han mal utilizado su capacidad de escándalo porque lo verdaderamente preocupante es que los interlocutores vayan diciendo por ahí lo que el Rey les ha comentado, en una transgresión de la costumbre política y de la buena educación. Cuando alguien habla con el Rey o con cualquier autoridad, está legitimado para comunicar lo que él ha dicho pero no para exponer las palabras del otro, salvo acuerdo en contrario. Es de sentido común que si el Rey quiere que se sepa lo que dice a los representantes políticos sea él mismo quien lo transmita, o en su defecto los servicios de comunicación de la Corona.

Por lo visto, el motivo del escándalo es una frase coloquial del monarca sobre la posibilidad de repetición de las elecciones, algo así como "probablemente volvamos a vernos pronto", un comentario expresado en el clima de confianza de una conversación por alguien que se distingue en el plano corto por su cordialidad personal. Frase que, en todo caso, reflejaba la posibilidad del momento, que hoy ya no lo es tanto después de los movimientos de Pedro Sánchezpara lograr el apoyo de Podemos, que al parecer está a punto de alcanzar ante el silencio y la abstención de los dirigentes del partido socialista que se han mostrado indignados con esa alternativa. El modelo de político pasota es Mariano Rajoy según sus adversarios, pero los irritados barones socialistas cumplen el prototipo.

A Felipe VI, que desde su acceso a la Jefatura del Estado ha cumplido con creces las expectativas, le ha tocado ahora el trámite postelectoral más difícil desde el alumbramiento de la democracia. Las elecciones no han resuelto la formación de Gobierno, como en todas las anteriores, sino que han dejado abiertas varias alternativas, incluida la de nuevas elecciones en unos meses. El Rey tiene que proponer al Parlamento un candidato a formar Gobierno, y para ello realiza las consultas, pero en contra de lo que piensan algunos su margen de maniobra no es nulo. La Constitución dispone que el Rey arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones (art. 56.1), lo que indica que no lo concibe como un gestor político al uso ni le concede funciones decisorias, que corresponden al Parlamento, pero los verbos arbitrar y moderar no son un simple adorno y sí una definición de su competencia a la que ha de dar contenido. ¿Cómo? Con sus consejos, sus sugerencias, sus indicaciones, sus exhortaciones, su inteligencia, desde su puesto de máxima responsabilidad al frente del Estado.

Todo ello, con una independencia personal con respecto a todos los partidos políticos, acompañada de una preocupación radical por la gobernación eficaz de España, su progreso y la atención responsable a las necesidades de todos los españoles. El Rey debe valorar el peso de los votos según la distribución que ha salido de las urnas y enviar una propuesta al Congreso, sede de la soberanía nacional, que tomará la decisión final. Y, desde luego, la repetición de elecciones es una eventualidad que no hay que descartar y que el monarca no puede dejar de considerar. El que piense en ello no es un motivo para alarmarse sino, por el contrario, una prueba de que tiene los pies asentados en el suelo.

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