Enfrentamiento civil en Cataluña

  • Las fuerzas del orden republicano/burgués tienen en la calle y en el Parlament unos revolucionarios dispuestos a dar la “vuelta a la tortilla” y cuanto antes mejor.

    Que los votantes de convergencia no se engañen: la CUP no sólo va contra el Estado español, va también contra ellos y, quizás, principalmente contra ellos.

J.R. Pin Arboledas

La CUP boicotea los presupuestos de la Generalitat Catalana apoyados por JxSí (CDC o DyL + ERP) presentando una enmienda de totalidad. No es tanto una declaración de ruptura como una postura para negociar lo que los anarco-antisistema llaman unos Presupuestos desobedientes con el Estado. El enfrentamiento es un hecho. Las fuerzas del orden republicano/burgués tienen en la calle y en el Parlament unos revolucionarios dispuestos a dar la “vuelta a la tortilla” y cuanto antes mejor. La Barcelona de Ana Colau con su Barrio de Gràcia en llamas es sólo una muestra de su determinación revolucionaria.

Los viejos fantasmas catalanes vuelven de la historia, que nunca acaba de desaparecer porque es su esencia. Este enfrentamiento entre los “moderados” y los radicales no es nuevo. Ya en el siglo XIV la guerra de las Remensas situó al campesinado pobre enfrente de la nobleza. Los campesinos luchaban al lado del Rey de Aragón Juan II pero al final la nobleza mantuvo sus privilegios pactando con el monarca.

Pero el paralelismo histórico es mayor si se estudia el desarrollo de la guerra civil en Cataluña. Las fuerzas republicanas burguesas aliadas con el PSUC (PCE+Socialistas) siempre tuvieron enfrente a los anarquistas de la CNT-FAI y los trosquistas del POUM. El enfrentamiento se dio fundamentalmente en Barcelona, la verdadera capital revolucionaria de la España republicana. La Generalitat tuvo que mandar detener a los dirigentes revolucionarios, pero en esa pelea quedó tan débil que desapareció por casi medio siglo.

Las dos almas catalanas han convivido pacíficamente durante largos periodos. Pero cuando las crisis se desatan muestran sus concepciones radicalmente opuestas. El alma burguesa y capitalista contrasta con la revolucionaria-anarquista. El orden contra el desorden. La organización contra la convulsión. La prudencia contra el arrojo.

En la edad media y en la guerra civil el drama se saldó con vidas humanas y destrucción. No parece que pase lo mismo en este siglo XXI porque ahora la violencia tiene mala imagen y desacredita. Pero la CUP y sus componentes pronto se darán cuenta de que sus tácticas no darán el resultado buscado y la desesperación no es buena consejera. Entonces el enfrentamiento civil se podría radicalizar. Y el objetivo de los revolucionarios anarquistas serían los “burgueses de orden” a los que considerarán traidores a la causa catalana. Por eso es importante para JxSí canalizar bien el conflicto.

JxSí tienen delante de sí un panorama que el PNV ya conoce. Sus aliados naturales no son la CUP, como los aberchales no son los aliados del PNV. Lo que siempre ha salvado a la burguesía catalana de ser devorada por la revolución ha sido su conexión con el resto de España ¡Que no lo olviden!  Urkullu ya lo sabe ¿Lo aprenderá Puigdemont? De momento ha acusado a la CUP de dificultar el “procés” (de independencia) y busca a las entidades independentistas (Asamblea Nacional Catalana y Asociación de Municipios por la Independencia) para que medie en el conflicto. Pero que los votantes de convergencia no se engañen: la CUP no sólo va contra el Estado español, va también contra ellos y, quizás, principalmente contra ellos. Sólo España les salvará de su ataque.

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