OPINION

Descubren que una cucharada de azúcar dispara la eficacia de los antibióticos ante las infecciones bacterianas persistentes

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Existe un remedio de abuela, que pregonaba siempre Mary Poppins, que dice que si te tomas los medicamentos con una cucharadita de azúcar...entran mejor. Efectivamente, como ocurre en todos los aspectos de la vida, las cosas con dulzura entran siempre mejor, de eso no cabe duda.

Pero...¿Y si el azúcar no fuera sólo el endulzante para disfrazar el medicamento y se convirtiera en la clave para que la medicina funcione?

James Collins, un ingeniero y biomédico pionero en el nuevo campo de la Biología de Sistemas en la Universidad de Boston (EE.UU.), junto con su equipo de científicos, descubrió que un compuesto tan simple como el azúcar aumenta dramáticamente la efectividad de los antibióticos para frenar las infecciones bacterianas persistentes.

Sus resultados aparecieron ayer, con gran repercusión médica, en el número de mayo de la revista Nature.

Las infecciones crónicas y recurrentes suelen ser causadas por las llamadas “bacterias persistentes”, una pequeña subpoblación de bacterias que logran sobrevivir al ataque de los antibióticos para, en vez de destruirse, apagarse y metabólicamente entrar en hibernación.

Como resultado, el paciente inicialmente parece estar plenamente recuperado; pero en el transcurso de semanas o meses, se produce el retorno a la vida de las “bacterias persistentes”, a menudo más fuerte y más agresivo que nunca. Y el paciente recae desde más alto.

La persistencia bacteriana es un obstáculo importante en el éxito del tratamiento de las enfermedades infecciosas (muchas de ellas se pueden propagar a los riñones y otros órganos vitales) y se ha convertido en un área de creciente investigación. Sin embargo, hasta la fecha, ningún tratamiento se había dirigido directamente contra estas bacterias persistentes.

La investigación del equipo del Dr. Collins ha descubierto una forma económica y eficaz de “despertar a estas bacterias durmientes” utilizando un arma simple, el azúcar, para estimularlas hacia un estado activo en el que son tan vulnerables a los antibióticos como las otras bacterias de su comunidad.

El enfoque del Dr. Collins consiste en simplemente añadir azúcar a los antibióticos, hacerlos caramelos. O tomarlos junto a una cucharada de azúcar. Con esta estrategia lograron tumbar a la bacteria E. coli, una causa común de infecciones del tracto urinario (cólera). El equipo fue capaz de eliminar el 99,9 por ciento de estas bacterias persistentes en sólo dos horas, en comparación con los cero efectos cuando se probaron los antibióticos sin azúcar.

El enfoque fue igualmente eficaz para matar las bacterias Staphylococcus aureus, que causa infecciones por estafilococos, en muchas ocasiones mortal. El impacto más significativo de esta investigación podría estar en el tratamiento de la tuberculosis, una infección bacteriana crónica que afecta a los pulmones y que causa más muertes que cualquier enfermedad infecciosa de este tipo.

Los resultados tienen el potencial de mejorar las vidas de un número incalculable de personas que luchan con infecciones persistentes y, al mismo tiempo, reducir sustancialmente los costes sanitarios asociados. “Nuestro objetivo era mejorar la eficacia de los antibióticos existentes, en lugar de inventar otros nuevos, ya que esto puede desembocar en un proceso largo y costoso", afirma el Dr. Collins al Boston.com.

Vía Boston.com

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