OPINION

El aeropuerto de Amsterdam-Schiphol monta un “bosque” artificial en la zona de embarque para relajar a los viajeros antes de volar

airport park schiphol
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nieuw airportpark Schiphol. Ontworpen door Maurice Mentjes. Park waar reizigers kunnen uitrusten terwijl ze op hun vlucht wachten.

El Aeropuerto Internacional Schiphol de Amsterdam, el más importante de los Países Bajos, ha lanzado una buena iniciativa, la primera en el mundo, para superar los problemas de muchos pasajeros (niños y mayores) que se enfrentan a largos tiempos de espera para tomar un vuelo.

Justo después sentir la tensión de pasar bajo los escáneres de seguridad, el viajero se encontrará con el “Airport Park”, un nuevo espacio que está diseñado como un paisaje boscoso artificial, lleno de "mobiliario rústico" (troncos), de tumbonas en vez de sillas y de árboles vivos (incluyendo uno de más de 130 años) que le dan un aspecto natural que invita a la relajación.

Para hacer la experiencia aún más real, se proyectan mariposas virtuales por el suelo y se emiten sonidos de animales (relajantes se supone) a intervalos regulares. Los pasajeros pueden tomar un bocado en la cafetería del parque que sirve comida orgánica y descalzarse en la mullida hierba artificial.

También incorpora estaciones de recarga de teléfonos móviles con bicicletas, donde los viajeros tendrán que pedalear un poco para nutrir su blackberry de manera sostenible. Todo el espacio está iluminado por LEDs y se utiliza siempre que sea posible y el sol y la luz del día, que entran en el parque a través de tubos y cables de fibra óptica.

La guinda del pastel es una enorme terraza al aire libre donde se puede dar un paseo relajado y disfrutar “del aire fresco y natural” que sólo puede ofrecer la terraza de un aeropuerto internacional. Este “Airport Park” está pensado para relajar a los mayores, pero también para calmar a los niños que se enfrentan a un largo vuelo.

Por eso, en un lugar convenientemente separado de este Valhalla de relajación nature, se encuentra el punto más ansiado por todo padre en tránsito: un parque infantil con casas en los árboles y toboganes, donde los más pequeños podrán gastar las pocas fuerzas que todavía le quedan antes de caer rendidos en su butaca de turista.

De acuerdo con el comunicado de prensa de Schiphol, "el Airport Park tiene como objetivo reflejar la paz y la serenidad que ofrecen los parques de la ciudad en medio del ajetreo y el bullicio de un entorno metropolitano".

Esta ambición por el relax del aeropuerto de Schiphol, además de la evidente connotación medioambiental, también esconde varios matices en el contexto de una evolución de este tipo de aeropuertos. El de Amsterdam, cuyo 41% de los vuelos es de transferencia de larga distancia entre otros aeropuertos mundiales, se enfrentan a malos tiempos al igual que otros grandes aeropuertos de enlace.

Con la evolución de las aeronaves y su autonomía, los vuelos directos son una tendencia creciente en el negocio de las aerolíneas. Y la gente prefiere los vuelos directos también a los aeropuertos más pequeños.

Esto significa que grandes intercambiadores mundiales, como el aeropuertos de Schiphol, tienen que ser cada vez más atractivos para mantener el lucrativo negocio de las tiendas de dutty free y demás negocios libres de impuestos. Incluso para predisponer al viajero para las compras a bordo.

Desde que la aerolínea holandesa KLM ha caído en manos francesas (Air France), el futuro de Schiphol y su posible traslado es aún más inseguro, por lo que no le queda otra que renovarse o morir. Y que mejor que hacerlo empezando por la comodidad y la salud espiritual de sus clientes viajeros.

Fuente: Aeropuerto de Schiphol (Amsterdam)

Fotos: Pop Up City

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