El pasado abril, como consecuencia de la muerte del joven Íñigo Cabacas por un pelotazo de la Ertzaintza, el Ministerio de Interior vasco trazó un plan para sustituir a partir de 2013 las escopetas de balas de goma por lanzadores de volantes de bádminton como los que ya usan los Mossos d'Esquadra en Cataluña.
La "ventaja" es que es un arma más precisa, pero la desventaja es que genera una fuerte inhibición muscular y el dolor del golpe puede prolongarse hasta 45 días. Y quizá lo mucho peor, que se trata de un arma que puede ser escalada para convertirse en una máquina de auténtico terror. Porque imagínate ahora ser golpeado en toda la espalda por una bola de bádminton impulsada por el brazo del mismísimo Hulk y con una capacidad de repetición de 60 proyectiles por minuto.
Esa sensación, que pronto empezaremos a notar en muchos sitios de España, ya está presente entre los manifestantes rusos que osen a romper el orden, pues las fuerzas antidisturbios de aquel país acaban de presentar su arma de control humano más eficiente: un cañón repetidor neumático de volantes de bádminton a discreción que promete ser el terror de hasta los tenistas.
Sí, porque si hay que fijar el origen de este arma hay que hacerlo en la Federación Rusa. En 2009, el Ministerio del Interior del país llevó a cabo una licitación pública abierta para buscar un sistema neumático no letal de control de multitudes. La empresa ganadora sacó un rifle que utiliza aire a presión a 300 atmósferas para lanzar 'birdies' (las famosas bolas de bádminton) de plástico que pueden detener incluso un alborotador de vigoroso físico en el acto.
Bastó con adecuar el sistema a un cañón repetidor y colocarlo encima de una tanqueta antidisturbios para amenazar con la ruina en los manifestantes. El arma utiliza un cañón neumático de 22 milímetros de diámetro y un proyectil volante de 4,8 gramos de peso principal. Pesa lo mismo que una bala convencional, pero no vuela tan rápido gracias a sus alas; y tiene una superficie mucho más amplia de impacto, para repartir el dolor.
El proyectil puede ser cargado con pintura para marcar los "alborotadores maliciosos", con spray de pimienta o simplemente hacerlo extra pesado, metiéndole balas metálicas o una suerte de rodamiento de un máximo de 30 gramos más, para dotarle de potencia de frenado adicional y que haga mucha más pupa.
La empresa que comercializa el invento comparan el efecto de la bola vacía “con un correazo de un padre", mientras que un golpe con la configuración extrapesada es similar “a la coz de un caballo”. Este sistema es manejado por un operador que puede disparar en un rango de 1 segundo con una precisión de 50 metros.
Desde dentro del vehículo, el francotirador maneja el sistema como si fuera un videojuego y "será responsable de todos los disparos que haga ya que el sistema realiza una grabación de video de todo lo que hace", según afirma el Ministerio del Interior ruso a la agencia de noticas RIA Novosti.
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El operador de campo también está asistido por un sistema informático que determina los disparos y calcula su potencia de acuerdo con la distancia al blanco elegido: si la persona se acerca al vehículo, el ordenador rebaja la potencia del disparo para no lastimarle mucho.
A pesar de que el arma se supone que es no letal, un cerdo resultó muerto por varias ráfagas de volantes durante unas pruebas el año pasado, según palabras de los promotores. La fuerza del impacto del proyectil se redujo después de la muerte de la criatura.
Aunque más allá de la disminución de la potencia, lo que más inquieta es que pueda convertirse en un arma al que la Policía le coja gusto por su precisión, como muestran en estas imágenes en la que los Mossos d'Esquadra disparan con estos volantes de bádminton a dos ciclistas que observan una barricada en las pasadas protestas de marzo.
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Vía RIA Novosti, RT y Efe
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