OPINION

“Uno de cada cuatro hackers trabaja para el FBI”

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“El hecho de que seas paranoico no quiere decir que no te estén espiando”. Dicho popular.

El submundo de los hackers en EEUU vive sumido en un grado alto de paranoia, en tanto la infiltración de los servicios secretos haya logrado captar a un elevado porcentaje de sus miembros, según una investigación del diario británico The Guardian. Supuestamente, uno de cada cuatro hackers pasa información al FBI o la CIA, una cifra estimada por Eric Corley, editor de la revista especializada en el “sector” 2600.com.

No es un secreto la política del FBI por infiltrarse en el movimiento ciberlibertario. El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, acaba de denunciar en una entrevista en Telegraph los intentos de la agencia estadounidense por sobornar a los trabajadores de la organización y poder acceder a sus secretos.

El artículo de Guardian hace mención a un caso concreto relacionado con Wikileaks. Adrian Lamo, un hacker que cumplía condena en EEUU, se ganó la confianza de Bradley Manning, sospechoso de pasar documentos secretos a Wikileaks. Una vez vencida la resistencia de Manning, Lamo entregó Manning, un especialista en inteligencia de 23 años, a las autoridades militares, que le condenaron a un año de prisión. Lamo, relata el artículo, es ahora conocido como Judas en el mundillo.

Otro grupo notorio bajo el prisma de las agencias de EEUU es Anonymous, el colectivo de hackers que ha promovido ataques contra páginas web de gobiernos totalitarios o empresas como Visa o MasterCard en protesta por el bloqueo a las donaciones a WikiLeaks. Los miembros de Anonymous han sufrido no menos de 40 registros en EEUU y 5 en el Reino Unido. Según el editor de Wired, Kevin Poulsen, “Ya hemos empezado a ver cómo miembros de Anonymous se atacan unos a otros y difunden las direcciones IP recíprocas. Esto supone un primer paso para resultar vulnerable al FBI”.

En el capítulo español de Anonymous no se tiene constancia de infiltraciones, más allá de las que llevan a cabo los periodistas. Según un miembro del colectivo, que prefiere mantenerse en el anonimato, como es de recibo:

“El concepto de infiltración no tiene mucho sentido en una no estructura formada por no miembros de nada. Los grupos de hackers que actúan bajo la bandera de Anonymous son muy exclusivos y básicamente impermeables. Están a años luz de los canales usados para ataques DDOS y no parece demasiado factible que puedan sufrir infiltraciones”.

Pero la capacidad de mutación del movimiento hacker es asombrosa, y mientras WikiLeaks resiste y Anonymous resulta infiltrado, surge un nuevo movimiento, que se hace llamar Lulz Security, que ha lanzando “audaces ataques” a InfraGard, una organización vinculada al propio FBI.

Visto en Guardian.

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