OPINION

Arquitecto español diseña un eco-palacio con la forma de “el Ojo de Horus” para que Naomi Campbell pueda resistir un apocalipsis

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Si el mundo llega a su fin, más te valdría ser amigo de Naomi Campbell. O por lo menos uno de los integrantes de su séquito de empleados, a poder ser los que trabajan en esta eco-casa de 25 habitaciones que el arquitecto español Luis de Garrido ha diseñado para "la diosa de ébano", para que el millonario ruso que atiende por su novio se la regale por su cumpleaños.

La casa de cristal abovedado es completamente autosuficiente en energía y agua y se ubica en la Isla de Sedir, Turquía, donde se encuentra la Playa de Cleopatra, una de las playas más hermosas del mundo. Tiene la forma del antiguo símbolo egipcio de la protección, el poder real y la buena salud, el Ojo de Horus, que se ha reproducido en su forma más física a tamaño monumental para que pueda ser visto desde el espacio.

A todos los arquitectos del planeta, probablemente, les gustaría tener un encargo como éste; y el español Luis de Garrido (también conocido como “el arquitecto bioclimático”) aparentemente ha trabajado libre de las pesadas restricciones de presupuesto o limitaciones creativas.

El resultado es un regalo también de él para ella en forma de cúpula multi-nivel enmarcada en acero y revestida de paneles en vidrio esmaltado, que permiten la entrada de luz solar durante todo el año. Aunque el efecto invernadero promueve la calefacción natural, ciertas medidas como la jardinería y las persianas inclinadas se aseguran de que el calor no sea insoportable durante el verano turco.

Una combinación de paneles fotovoltaicos dotan de brillo a el Ojo de Horus para que luzca eléctrico, mientras un sistema geotérmico de última generación proporciona energía a las 25 habitaciones (con cinco salas). El agua de lluvia también se recoge para su utilización (aunque Naomi sólo beba Evian) mientras un sistema biológico se encarga del tratamiento de las aguas residuales.

Dentro de la casa se encuentra una terraza ajardinada, desde la cual es posible disfrutar de unas vistas increíbles del mar Mediterráneo. Tal vez la única pregunta que queda (además de cuánto le costará la broma a Vladislav Doronin, el novio) es la siguiente: llegado el Apocalipsis ¿nos dejaría Naomi Campbell resguardarnos en su refugio de protección divina si tocáramos a su telefonillo?

La respuesta es no, aunque vayas vestido de Prada-Mad-Max. Así que no lo intentes a no ser que seas millonario eslavo, arquitecto famoso o hagas diseños de casas megalómanas para personas cuya principal virtud es guiñar el ojo frente a las cámaras.

Aunque igual llevando alguna de esas piedritas llenas de mugre en el bolsillo...

Vía Curbed

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