OPINION

Un anillo de titanio para gobernar a todos los reflujos gástricos

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Alrededor de 1 de cada 3 personas padecen la enfermedad del reflujo gastroesofágico o reflujo ácido, una patología común en el mundo desarrollado que ha generado inmensas cantidades de ventas de antiácidos y ha hecho de la palabra "omeoprazol" algo tan comun en nuestro vocabulario como pueda serlo "aspirina".

Y es que un gran número de personas sufren esta desagradable sensación de ardor que sube desde el estómago hasta la garganta, sobre todo en la noche, convirtiendo la digestión en lo más parecido a la erupción del Monte del Destino en el Mordor de "El Señor de los Anillos".

Sin embargo, siempre existe la esperanza para todos los enfermos crónicos de esta experiencia que ocurre cuando un músculo al final del esófago no se cierra adecuadamente, permitiendo que el contenido del estómago regrese por donde vino. Y es precisamente un anillo de pequeñas cuentas magnéticas de titanio, que actúa manteniendo el ácido del estómago sin que se escape hacia el esófago.

El sistema se denomina concretamente LINX® Reflux Management System, ha sido creado por la empresa Torax Medical y ya fue aprobado por la FDA (La Agencia de Alimentos y Medicamentos norteamericana) en 2012, aunque es ahora cuando acaban de terminar sus pruebas definitivas con pacientes.

El dispositivo, descrito como un “brazalete” alrededor del esfínter esofágico inferior, se compone de una serie de cuentas magnéticas en miniatura, y puede ser implantado por laparoscopia, un método de cirugía mínimamente invasivo. La atracción magnética entre las cuentas es lo suficientemente fuerte para mantener el esfínter cerrado al reflujo ácido, pero suficientemente débil como para dejar que los alimentos puedan pasar al estómago a través de él.

Al tragar, la fuerza magnética entre las piezas es menor que las presiones de la fuerza de deglución, y el dispositivo se expande para acomodar el paso de los alimentos o líquidos. Una vez que han pasado, el dispositivo recupera su estado de reposo.

Los datos presentados a la FDA revelaron resultados sorprendentes en comparación con otros tratamientos de enfermedad de reflujo gastroesofágico que se han investigado en los últimos 20 años. En concreto, los resultados de los estudios realizados en Clínica Mayo de Florida mostraron que el 92% de los pacientes experimentaron francos síntomas de mejoría y el 87% fueron capaces de dejar de tomar su medicación antigrástrica.

Como contras, la disfagia - dificultad para tragar - se produjo en el 68% de los pacientes después de la instalación del dispositivo, pero este efecto secundario fue disminuyendo con el tiempo.

Además, una desventaja importante del LINX es que los pacientes con el dispositivo implantado ya no podrán someterse a procedimientos de resonancia magnética, si no quieren ver como el anillo sale despedido de su interior llevándole a la oscuridad más absoluta. Y que también que sus usuarios pitarán en todos los detectores de metales como si tuvieran un marcapasos.

Sin embargo, ¿qué son esos pequeños inconvenientes en unos arcos magnéticos comparados con lograr el matrimonio eterno con tu estómago?

Fuentes y fotos: Torax Medical y Clínica Mayo

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