La izquierda enrabietada y la derecha asombrada

Los países árabes felicitan a Trump y abogan por mejorar sus relaciones bilaterales
Los países árabes felicitan a Trump y abogan por mejorar sus relaciones bilaterales
EUROPA PRESS
José Ramón Pin Arboledas
José Ramón Pin Arboledas

Las reacciones al triunfo de Trump en España no pueden ser más esperadas. La izquierda enrabietada y la derecha asombrada. Las dos corrientes políticas esperaban el triunfo de Clinton, por eso les ha sorprendido el resultado. Por cuarta vez los demóscopos se han equivocado.Por orden cronológico lo han hecho en: el “sorpasso de Unidos-Podemos al PSOE, que no se produjo después de ser anunciado por las encuestas; el Brexit que salió lo contrario a lo que vaticinaron los augures electorales; el referéndum de Colombia, quizás el batacazo más impresionante porque se anunciaba una victoria del 70% y perdió; y ahora la derrota de Hillary y la victoria de Donald. Un camino de desaciertos que merecería que los “gurús” electorales se “hicieran mirar” sus sistemas de predicción, como dirían en Cataluña.Por eso la sorpresa ha sido aún mayor. La izquierda alardeaba del fracaso de Trump con antelación “Go Hilary” gritaba el socialista Iceta queriendo aplaudir a la demócrata, cuando en su ignorancia no se daba cuenta de que “go” es: vete (Go Yankis, gritaban los antiamericanos antes). Hasta Pedro Sánchez acudió en defensa de la candidata pensando que iba a tener un éxito, y ahora es mofa y bufa en las redes sociales. Ada Colau, incluso, desafía al Presidente electo en las redes e Iglesias se lamenta de la decisión. Su democracia se basa en que el “pueblo”, del que se consideran los auténticos representantes, les vote. En caso contrario es que ha sido manipulado por los “poderosos”. Por eso están enrabietados.Y la derecha no sale de su asombro ¿Cómo es posible que pierda lo “políticamente correcto”? ¿Habrá que pensar que los principios también cuentan en política aunque sean contrarios al sistema? Los moderados, que suelen ser cautos en sus declaraciones no apoyaron a Trump en ningún caso. Ni siquiera los católicos oficiales se pronunciaron con firmeza. La mayoría prefirieron callar, con poquísimas excepciones, ante una Clinton abiertamente contraria a la Iglesia católica y todo lo que huele a sus principios (como el derecho a la vida del nasciturus o lo tocante al matrimonio igualitario (homosexual)). Un estudio poselectoral señala que los grupos religiosos de EE. UU. (católicos, evangelistas, mormones, …) por encima de otras consideraciones han votado contra Clinton por esas razones.Así que se inicia una nueva era. Pero ¡no se asusten! no va a ser tan diferente de otras legislaturas americanas como se piensa. De momento Trump ha dicho que será “Presidente de todos los norteamericanos” y Clinton le ha mostrado la lealtad que todo ciudadano de ese país tiene con su Presidente. Además los republicanos dueños del Senado y la Cámara de Representantes, no piensan lo mismo que dijo Trump en su campaña. Más bien lo contrario. El Presidente de EE. UU tiene que contar con ellos para muchas decisiones y eso moderará sus posiciones. De hecho las bolsas no se han alarmado tanto después del discurso postelectoral del millonario-presidente.Lo dicho: la izquierda enrabietada, la derecha asombrada y … la vida sigue.

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