OPINION

Entre bostezo y bostezo un bombo monárquico y un titular

Sergio Ramos, se lamenta de la eliminación. /EFE
Sergio Ramos, se lamenta de la eliminación. /EFE

Hey!, ¿cómo estás?  Al más puro estilo viejuno Julio Iglesias me recibe en mi quinta sesión de shiatsu un tipo de camiseta roja selección, espalda ancha, rictus cómico y manos amplias como guantes de béisbol. Miro a derecha e izquierda intentando situarme en un espacio que creía hasta ese momento controlado. Busco a mi maestro masajista titular pero sólo éste, el suplente, es el que se encuentra al otro lado de la camilla (¿una diminutiva referencia cinematográfica española nada más empezar?).

-No te preocupes. He revisado tu ficha y estoy al corriente.

¡Estupendo! No me conoce de nada, pero ya está al corriente… ¿de qué? ¿De mi compañía eléctrica, de mi divorcio, de mi posición en la empresa, de mi dieta, de mi alergia veraniega, del estado de mi músculo crural de la parte anterior de la diáfisis femoral? (fácil te lo pongo, que diría el Good Doctor televisivo).

Mientras simulo una sonrisa pícara –¡ay, esas técnicas de comunicación no verbal que aprendí en el curso de portavoces, gracias a Nuria y sus presentaciones- me tumbo boca arriba, al mismo tiempo que arqueo las cejas formulando una pregunta gestual.

De repente reparo: ni tan siquiera yo puedo sustraerme a la actualidad del balón. El Mundial también habita en mí. El masajista es un suplente. Divago –¿o era Di Biagio?- acerca de los suplentes en particular y los segundones en general. El cuarto árbitro, el tercer portero, el segundo entrenador…. Por no hablar de los jueces de línea. ¿Como es que nadie en Kellogs ha pensado en patrocinar a los linieres con el slogan Línea K en su pecho? ¿Por qué han de seguir levantando una bandera en lugar de un puntero digital? ¿Como es que ni a un androide, clon o jedi se le ha ocurrido darles un par de espadas láser que se enciendan al señalar fuera de juego? ¿En qué piensa Yoda para estar tan verde? ¿En La Sexta? ¿Por qué Han sigue Solo? ¿Es el Halcón Milenario de Chewbacca el heredero del Halcón Maltés de Bogart? Tengo la cabeza como un bombo. Manolo, el del ídem, no podía faltar una vez más a esta multitudinaria cita mundialista multicolor.

-¿Viste ayer el partido?- me interroga el suplente mientras retuerce mi rodilla. Nacho y un sándwich de ensaladilla son mi particular asociación de ideas. Uno por su lesión y el otro por el que me voy a zampar nada más salir en la franquicia de la esquina. ¿O he de decir córner?

Charly A. –responsable de almacén- es el que pone al día a la mitad de la plantilla (¡otro guiño futbolístico!) cada mañana a la hora del café. Su disección de los partidos de la jornada anterior no hace sino refrendar los comentarios de Maldini (rosso o bianco pero, este año, al ritmo de Bomba Estéreo). Con este bagaje cultural y musical como background –que diría García Raposo, a cargo de Formación- reformulo la pregunta al gigantón colorado de pelo rubio. - ¿Cuál?

- ¿Cómo que cuál? ¿Cuál va a ser? El de ¡España! - Su primera mueca de sorpresa da paso a un España con tono Torrente. No contento con presionar el tendón suprarrotuliano que tapiza la cara anterior de la rótula y se inserta en la tuberosidad anterior de mi tibia (prometo desengancharme de la serie de AXN), este aspirante a Buffon del reino empieza a sacarme de mis Casillas -tengo que dejar de jugar al FIFA World Cup 2010 -.

Lo sabía. La discusión mantenida esta mañana con el portero del piso que tengo alquilado a una pareja de ecuatorianos me está marcando el día. ¿Le debería haber llamado guardameta, quizá? ¿Se podría denominar arquero automático al chisme electrónico que abre el portal? ¿Por qué el portugués se llama Cristiano y el brasileño Nazario? En cualquier caso, Ronaldos. Empiezo a tatarear Saca la Lengua de Coque Malla mientras me comenta no sé qué de un tal Koke Resurrección.

-Antes del penalti de Piqué, fue un fuera de banda claro-. El Sargento de Hierro –por su contundencia al afirmar y su férrea defensa de los chicos de Fernando- continúa con su reflexión postraumática. A mi la banda me suena a orquesta de pueblo, a arroz de St. James y a los modelos de Jordi Labanda que mi ex adquirió –siendo aún pareja oficial- en nuestra última visita juntos a Barcelona.

Me entran sudores al recordar el extracto bancario de la tarjeta de crédito de aquel mes infausto. Mientras tanto, el suplente me pide opinión sobre la idoneidad de haber mantenido a De Gea sin dar opción a Kepa. -También teníamos a Reina, le apunto (FIFA 2010 de nuevo, no falla). Manolo sigue aporreando mi bombo monárquico y oigo a mi ex amenazarme una vez más con aquello de “torres más altas han caído”, justo antes de entrar al despacho del juez de familia Rubiales. Entornando los ojos, dejo de regatear al sueño y me entrego a Morfeo cantando Nunca Volverá. Eso sí que es un titular y no un suplente.

Mostrar comentarios