¿El que resiste, gana? ¿Rajoy o Sánchez?

  • Sánchez quiere que Rajoy doble; que tire la toalla y ofrezca otro candidato popular. Es un tema de  fijación personal.

    Rajoy piensa que los votantes que le reafirmaron el 26J no pueden ser defraudados y que su política ha sacado España de la crisis

Por J.R. Pin Arboledas

Nadie, salvo los optimistas incorregibles, espera que los días 30 y 31 den paso a un Gobierno. La investidura se espera fracasada mientras el PSOE y su líder sigan con él NO. Entonces: ¿Para qué tantas reuniones acuerdos, ruedas de prensa y opiniones? Es sólo un ritual necesario. La vida económica y social sigue su curso mientras la política se mantiene en su limbo particular.

Sánchez sabe que la abstención del grupo parlamentario socialista es decisiva; salvo ello, ni siquiera el PNV puede salvar la investidura. La abstención de sus cinco diputados no es suficiente. Además con unas elecciones al parlamento vasco en ciernes, los nacionalistas de Euskadi, no están dispuestos que su apoyo al PP deje desguarnecido su flanco ante los independentistas de Bildu o los populistas de Podemos. Tampoco quiere dar argumentos al PSE en esas elecciones.

Sánchez quiere que Rajoy doble; que tire la toalla y ofrezca otro candidato popular. Es un tema de  fijación personal. Rajoy está dispuesto a que haya nuevas elecciones antes de ceder. Así que tanto desmonta, desmonta tanto, Mariano como Pablo. El uno por el otro están dispuestos a que no haya solución o que la decida el electorado en unos nuevos comicios ¿Y si resultan similares y seguimos igual? Pues vuelta a empezar.

De momento Sánchez y Rajoy están consiguiendo su objetivo. Nadie espera Gobierno; nadie cree que el PSOE cambie su decisión; ni nadie espera que Rajoy se baje de su posición. Los dos parecen aferrados a la más famosa frase de Camilo José Cela: en España el que resiste gana. Refrán que en la antigüedad se atribuye a Persio Flaco, poeta estoico romano contrario a Nerón.

Independientemente de los ritos España en la situación actual está asistiendo a una trinca entre dos formas de entender la situación. Rajoy piensa que los votantes que le reafirmaron el 26J no pueden ser defraudados y que su política ha sacado España de la crisis pero aún es necesario mayor esfuerzo, por eso debe seguir dirigiendo el Ejecutivo. Sánchez estima que no se puede reafirmar a un Presidente de un Gobierno que considera corrupto, antisocial y que sus votantes han vetado. Al menos es lo que ambos pregonan ahora. Lo que pasa es que los números no dan y ambas interpretaciones conducen a la paralización de la política. Los dos resisten pero no ganan; no se soluciona nada.

Sin embargo, hay otra forma de entender el resultado de las elecciones del 26J: pensar que la mayor parte del electorado ha votado para que se entiendan PP y PSOE, para que defiendan la unidad nacional, para que ayuden a recuperar la economía, para que mejoren la situación social de los ciudadanos. La oferta de Rajoy de una "Gran Coalición", con la colaboración de Ciudadanos era la consecuencia natural de esta interpretación. Pero, además de razones de tipo personal, el PSOE teme que una colaboración de este tipo le enajene el electorado que se decante por Podemos perdiendo su primacía en la izquierda. Un error, porque la figura de Iglesias es coyuntural, lo demostraron los resultados del 26J. Además, para esta interpretación no hace falta que el PSOE entre en el Gobierno, con la abstención es suficiente ¿Qué tiene que pasar para que esta interpretación prime?

De momento parece que no es posible antes de las elecciones vascas y gallegas del 25S. Así que hay que esperar casi otro mes ¿Y después? Tampoco está claro, porque aunque el PNV necesite al PP para gobernar en Euskadi y pueda dar sus votos en Madrid, aún faltarían un par de votos o abstenciones ¿Cambiará la posición del PSOE según los resultados de esos comicios? No es seguro, a lo mejor habría que esperar a los resultados de diciembre.

Porque si los dos resisten, como hasta ahora, no sabemos quién gana, pero si quien pierde: España.

 

 

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