OPINION

Encuentran por casualidad un “Sean Connery con tanga” inédito fechado en 1951

SEANDEF1
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Antes de consagrarse al cine, el actor escocés Sean Connery tuvo tiempo para cultivar con mimo su cuerpo. Sirvió tres años en la Armada británica, después trabajó como obrero, como pulidor de ataúdes... y se pasaba los días libres en el gimnasio levantando pesas, donde una buena mañana fue seleccionado por el College of Art de Edimburgo para servir de modelo a sus alumnos de pintura.

Era un trabajo pagado y la mayoría de los modelos lo hacían durante seis meses o un año. Solían posar dos veces a la semana desde las 9,30 de la mañana hasta las 4 de la tarde, tensando sus músculos para que los futuros artistas pudieran deleitarse con su anatomía. Poco después, Connery se trasladaría a Londres para dedicarse a su carrera de actor, donde se convertiría en el inmortal James Bond tras protagonizar ‘Dr. No’ en 1962.

Esta pintura al óleo de un jovencito Sean Connery de espaldas, apretando canillas y tan solo cubierto por el diminuto hilo de su braga-tanga, está valorada en miles de libras y fue pintado por Rab Webster en 1951, un profesor de arte del antiguo Selkirk High School, en la frontera escocesa, que murió el mes pasado a los 83 años.

Sus familiares descubrieron la retaguardia que pintó de Sean Connery, cuando era un estudiante, entre una pila de telas en un estudio-taller que utilizaba como cuarto trastero.

Paradojas de la vida, y gracias a este descubrimiento, la colección del Sr. Webster, con más de 500 obras, saldrá ahora a exposición pública por primera vez, una oportunidad que el autor no tuvo en vida, que nunca vendió o expuso ninguna de sus pinturas; aunque es bastante obvio que el hombre tenía talento.

Y es que un “Sean Connery ligerísimo de ropa” es garantía de éxito para cualquier exposición, como se pudo ver en una muestra organizada en 2007 por el propio Edinburgh College of Art, para conmemorar el centenario de la creación de esa academia de bellas artes y en la que figuraban obras de artistas tan conocidos internacionalmente como Alan Davie y Eduardo Paolozzi.

También había un retrato de Sean Connery con su taparrabos, esta vez de perfil y pintado por Al Fairweather. Y fue el cuadro que más miradas congregó.

Las ventajas de tener un cuerpo esculpido por la mano de Apolo, que igual sirve para mostrar a los artistas emergentes que para patear los traseros de los villanos más exigentes.

[Vía]

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