OPINION

Encuentra en el fondo del mar la tarjeta de crédito que un conocido había perdido hace 25 años

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¿Cuáles son las probabilidades de que alguien encuentre una tarjeta de crédito de 8 por 3 centímetros en la inmensidad del océano? Ínfimas. Aunque menos si se le suma la probabilidad de que la persona que la encuentre conozca al titular de la tarjeta.

Si es verdad que la vida está llena de coincidencias, esta es de las más gordas. Así lo cree John Krayeski, un residente en West Palm Beach (Florida), que el pasado Día de la Madre salió a hacer unas inmersiones en el conocido como triángulo de la isla de Singer, un arrecife artificial a 30 metros de profundidad y creado a partir de un carguero hundido, una barcaza y un Rolls-Royce.

John Krayeski es de los que piensan que dinero llama a dinero. Así que cuando se fue a echar un vistazo al Rolls, vio algo que sobresalía de la arena.

“Cuando la saque vi que era una tarjeta de crédito del banco JC Penney", afirma Krayeski."Yo sabía que era vieja debido a su diseño". Al salir a la superficie y echar un vistazo más de cerca al nombre aún legible de su propietario, Krayeski se dio cuenta de que también le resultaba familiar algo más: el dueño de la tarjeta.

John, que trabaja como director de proyectos para un contratista de la construcción de Delray Beach, enseguida se dio cuenta que el nombre de Jack Jacobs era el de un cliente al que habían hecho unos trabajos en su casa. Para comprobarlo, en cuanto llegó a su oficina comparó la firma que había detrás del plástico con la que había estampada en el contrato que firmaron en su día; ¡coincidían!

Enseguida llamó por teléfono a la casa, pero la esposa dijo que nunca habían tenido una tarjeta de crédito de JC Penney. Diez minutos más tarde, un incrédulo Jack Jacobs le devolvía la llamada.

"Le dije que había perdido la tarjeta hace 25 años cuando vivía en Davie, antes de casarme. Lo desconcertante es, ¿cómo ha llegado a unos arrecifes a 30 metros de profundidad?", afirma el propietario original del plástico.

Tras la devolución de la tarjeta, con foto del momento incluido, Jack bromeo con su ya amigo submarinista que sería gracioso perder otra tarjeta de crédito en el océano y esperar otros 25 años para ver si era capaz de encontrarla. "Esta vez que sea una American Express Oro, que la voy a encontrar mucho antes", bromeó Krayeski.

Fuente: Palm Beach Post

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