El pasado sábado se celebró en la ciudad de Westerlo, en la provincia belga de Amberes, el primer partido de fútbol de la historia entre dos equipos con discapacidad representativos de Holanda y Bélgica. Ambos selecciones enviaron jugadores amputados con una sola pierna y muletas, excepto los porteros, a los que les faltaba un brazo.
Sin embargo, cuando el marcador iba en un vibrante 3-3, un jugador de los diablos rojos belgas derribó a uno de los contrincantes holandeses agarrándole por la única pierna de apoyo, lo que desató las iras de juego sucio del combinado holandés, que se puso a reclamar al árbitro si estaba ciego.
De los insultos se pasaron a los empujones, a los muletazos y, con ellos, a una súbita invasión del campo por parte del público presente. La irrupción del respetable hizo que aquello se saliera de madre en unos segundos, con prótesis volando, gente saltando sobre las costillas de los demás y personas de uno y otro equipo maldiciendo la estirpe nacional del contrario.
Y es que lo que iba a ser todo un ejemplo de superación deportiva transfronteriza, se quedó convertido en una auténtica batalla campal que ha coronado todos los informativos del Benelux.
http://youtu.be/T1xSS_5iP0U
Así lo cuenta: HLN.be
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