Que los grandes pelotazos se gestan en no menos grandes comilonas y/o juergas es algo asumido por la sabiduría popular. Ahora, un estudio ha encontrado una correlación entre consumo de alcohol e ingresos: los bebedores habituales ganan entre un 10 y un 14% más que los abstemios de su misma condición profesional.
La hipótesis de partida de los profesores Bethany Peters y Edward Stringham, de "Priva: beneficios crematísticos" ("Booze: business benefits"), era que "beber conduce a unas ganancias más altas gracias al incremento del capital social. Si los bebedores tienen redes sociales más amplias sus ganancias deberían aumentar". Dicho y hecho: Según puede leerse en el resumen (.pdf) los datos del equivalente de la Seguridad Social de EEUU concluyen que "los que se autoetiquetan como bebedores ganan entre un 10 y un 14 por ciento más que los que se consideran abstemios". Además, los varones que frecuentan los bares al menos una vez al mes ganan un adicional 7% por encima de la elite de los bebedores: el 10% de tan distinguida cúspide.
En consecuencia, los autores se oponen a los intentos de restringir el consumo de alcohol entre los jóvenes: "El mercado del trabajo puede sorprender a los no economistas". Puede que el hígado salga castigado, pero el bolsillo acaba ganando.
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