OPINION

Un zurullo de coña en la espalda por infiel y otros tatuajes de mierda

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Internet como un solo hombre está en llamas tras conocerse el caso del hondureño que tatuó un gigantesco excremento en la espalda de su novia después de que esta, supuestamente, le fuera infiel. La pobre muchacha, que ya es el hazmerreír de todo el país, quería tatuarse una escena de Narnia (que también tiene delito) en el taller de su vengativo novio.

La ‘obra’ del tatuador Ryan Fitzgerald bebe de las fuentes de un clásico del tatú a traición o ‘tatuaje putada’: dibujar en la espalda de tu enemigo un motivo obsceno con tinta indeleble. He aquí una galería de tatuajes chunguísimos, hechos con gente con muy mala idea:

Un pene en la espalda

¿Qué es lo que dibuja un niño en la pizarra cuando se va la profesora? Un pene gigante. ¿Qué es lo que tatúa ese niño, ya mayor, a su colega de farra cuando cae borracho? Un pene gigante, claro. Se conocen no menos de dos casos. En uno fue un borracho sueco, el que despertó el pasado mes de mayo con un tatú de 27 centímetros en su pierna, representando un gigantesco y goteante pollón.

Unos meses antes, en octubre de 2010, un tatuador australiano había tatuado un pene aún más grande (40 centímetros, aprovechando que había más superficie disponible) en la espalda de un hombre con el que había tenido un rifirrafe sobre sus honorarios. La víctima había pedido un yin-yang con un dragón pero se ve que no había jugado de niño a adivinar letras en la espalda, porque salió del taller con un gigantesco cipote, que le costó 2.000 euros eliminar.

Lluvia de estrellas en la cara

La historia era demasiado buena para ser verdad, así que la contaremos como si lo fuera: una niña de 16 años pide a un tatuador que le ponga tres estrellitas junto a la ceja, se queda dormida y cuando se despierta no tiene tres sino 56, que le cubren toda la cara. La niña denuncia al taimado tatuador, se monta un pollo de nivel 7 y al final resulta que no, que a la criatura le dio pavor imaginarse la reacción de sus padres al verle la cara así y se inventó todo.

Las múltiples caras de Julia Roberts

Técnicamente, no fue una venganza ni una broma. Puede que sólo una estupidez, aunque, claro, en esto de los tatuajes el cielo es el límite: un kioskero de Buenos Aires se tatuó la cara de Julia Roberts en su piel. Pero no se la tatuó una o dos veces sino 82. Y no tomó imágenes de ‘Pretty Woman’ o de ‘Ocean’s Eleven’ sino exclusivamente de ‘Erin Brockovich’, donde además la Roberts sale con pechos postizos.

No podemos acabar esta selección sin añadir nuestro tatuaje anti-favorito. El que le hicieron a un tipo que quería inmortalizar a su novia en su mejor momento. Esto es una venganza y lo demás, tonterías:

Visto en Menéame. Y la explicación de que el zurullo en la espalda es realmente de coña, también en Menéame.

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