Un senado mayoritario ¿irrelevante?

    • Hay mucha gente que se pregunta ¿para qué sirve el Senado? Sobre todo cuando se le explica que una ley aprobada en el Congreso de los Diputados pasa al Senado.
    • En la Transición había razones estructurales y coyunturales para un sistema bicameral.

Hay mucha gente que se pregunta ¿para qué sirve el Senado? Sobre todo cuando se le explica que una ley aprobada en el Congreso  pasa al Senado. El Senado la aprueba o la modifica. Si el Senado la modifica la ley vuelve al Congreso que puede rechazar esas modificaciones del Senado y dejarla igual que salió la primera vez del Congreso.

En la Transición, siendo yo diputado al Congreso, me contaron dos anécdotas sobre el Senado. La primera era sobre una discusión entre dos constituyentes norteamericanos. Uno de ellos hacía la misma pregunta: ¿para qué queremos otra instancia parlamentaria? ya enemos el Congreso. En el ínterin fueron a tomar café. Al constituyente entonces contrario al senado le dieron una taza muy caliente y pidió otra en la que verter el líquido para enfriarlo n poco. Entonces, el otro interlocutor le dijo: ¡Ves! Esa segunda taza es el Senado. A veces las discusiones políticas están tan calientes que necesitan otra instancia para enfriarse y reposar. Estados Unidos goza de un senado activo.

La segunda anécdota me la refirió Emilio Attard, que fue Presidente de la Comisión Constitucional en la Transición, diputado de UCD por Valencia y mi jefe político. Una vez le preguntó a Adolfo Suárez por la razón del Senado. A lo que le contestó el entonces Presidente del Gobierno, con esa sonrisa malévola que desarmó a todos sus contrincantes: ¿cómo crees que convencía a los procuradores franquistas para que aprobaran la Ley de Reforma Política que facilitó el paso pacífico de la dictadura a la democracia? (insinuando que a muchos les había ofrecido un puesto en el Senado, que por supuesto nunca obtuvieron).

Como se ve, en la Transición había razones estructurales y coyunturales para un sistema bicameral. Pero independientemente de ello el problema es que ahora parece que la función del Senado ha decaído. De hecho algunos partidos proponen cambiarlo por otra institución en la que haya más funciones territoriales en el actual Estado Autonómico o en el Federal, si llegase el caso. Por ejemplo una cámara compuesta por los Presidentes de las Autonomías.

Además su elección se hace por votación mayoritaria. Se eligen los más votados y los demás quedan fuera. Eso hace que en las elecciones del domingo, el PP haya obtenido la mayoría absoluta en Senado. De manera que si hubiera un Gobierno de izquierdas, cualquier ley salida del Congreso podría ser vetada por el Senado, aunque luego sería ratificada por el Congreso otra vez. Un viaje de ida y vuelta inútil.

Eso alerta a los partidos sobre una hipotética reforma electoral. Si se elige una regla mayoritaria, donde tienen acta sólo los más votados, los partidos minoritarios desaparecerían y se reforzaría la estabilidad gubernamental. Un partido con, por ejemplo, el 26% podría tener suficientes diputados y/o senadores para formar Gobierno sin problemas. Por eso habría que combinar la elección mayoritaria, con circunscripciones pequeñas, para un porcentaje del Congreso, y el resto lo ocuparían diputados o senadores procedentes de listas de partido con reparto proporcional. Algo que no es nuevo, ya funciona, por ejemplo, en Alemania. Es una medida mixta que permite conservar la Gobernabilidad y mantener una cierta proporcionalidad. Pero como hay que cambiar la circunscripción provincial por otras más pequeñas todo ello exigiría una Reforma Constitucional.

En todo caso los senadores esta legislatura van a ser todavía más irrelevantes que en las anteriores. Si Gobierna el PP porque lo que llegue del Congreso será ratificado por su mayoría del Senado. Si Gobierna la izquierda el Senado rechazará lo aprobado en el Congreso, pero luego quedará igual al volver a la cámara baja. Pero no es inoperante, porque el Senado puede bloquear Reformas Constitucionales. Sin embargo, tampoco es tan importante, porque el PP, con más del 30% de los diputados también lo puede hacer. Y, además, una Reforma Constitucional exige un cierto consenso del que no se puede excluir al PP.

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