El fiscal rebaja a doce años la pena para el joven acusado de asesinar a su tío

  • Las Palmas de Gran Canaria, 9 mar (EFE).- La fiscal rebajó hoy de diecisiete años a doce la pena de cárcel solicitada para el joven que asesinó a su tío esquizofrénico en octubre de 2007 en su domicilio de Primero de Mayo de la capital grancanaria, al considerar como atenuante la anomalía psíquica que sufre.

Las Palmas de Gran Canaria, 9 mar (EFE).- La fiscal rebajó hoy de diecisiete años a doce la pena de cárcel solicitada para el joven que asesinó a su tío esquizofrénico en octubre de 2007 en su domicilio de Primero de Mayo de la capital grancanaria, al considerar como atenuante la anomalía psíquica que sufre.

Según señaló la forense María José Meilán al tribunal jurado de la Audiencia de Las Palmas, el joven Juan Martín C.P. padece un trastorno en el control de sus impulsos que afecta a sus capacidades volitivas, alteración que consideró "moderada y de cierta importancia" por lo que aconsejó un tratamiento psiquiátrico.

La fiscal María del Pilar Rodríguez solicitó además un tratamiento ambulatorio psiquiátrico durante esos doce años para el acusado, quien golpeó en la cabeza a su tío, Francisco Pérez Ceballos, con un martillo y después le asestó dos puñaladas, una a la altura del esternón y otra en el cuello, que provocaron su muerte.

La abogada del acusado, Isora Roca, modificó también su petición de pena de once a doce años de prisión al adherirse a la solicitud de la fiscal.

El joven reconoció al tribunal que cometió "un hecho malo", pero quería a su tío y no sabía lo que hacía cuando le agredió mientras dormía la madrugada del 12 de octubre, al tiempo que negó ser un "asesino o un psicópata".

Dijo que estaba bajo un estado depresivo en esa época porque había perdido su empleo y que en ocasiones había pensado en quitarse la vida, así como que bebía a menudo, y ese día, según la forense, había bebido gran cantidad de alcohol.

Explicó que la convivencia en esa casa, en la que vivía desde hacía cinco años con su hermana para cuidar a su tío, no era la de una familia normal, pues se producían continuas discusiones.

Precisó que las disputas eran entre su hermana y su tío, debido a su enfermedad, y que en ocasiones él dormía fuera por los continuos problemas que se producían.

Relató que actuaba de mediador en esas discusiones, la mayoría de las veces provocadas por la obsesión de mantener la casa limpia de su hermana, quien sostuvo en el juicio que su hermano "es una gran persona", pero no estaba en sus cabales cuando sucedieron los hechos, periodo en que bebía mucho y estaba deprimido.

Según su hermana, Lourdes C.P., el acusado tras matar a su tío "estaba fuera de sí" e iba de un lado a otro de la casa diciendo: "no me creo lo que acabo de hacer".

Una hermana del fallecido calificó a su sobrino de "intachable de bueno" y "cariñoso", si bien dijo que era nervioso, al igual que su madre, quien manifestó que su hijo "es un pan bendito", pero que en esa época bebía y estaba inquieto porque no tenía empleo.

Un amigo a quien confesó lo sucedido antes de entregarse a la Policía declaró al tribunal que Juan Martín C.P. vivía en continua tensión y que ese día le encontró un poco "aturullado" y harto de la situación familiar.

La forense que efectuó el informe de la autopsia y el del estado mental del joven, en colaboración con otros colegas, definió al acusado como una persona de inteligencia baja con problemas sociales y familiares, y con un núcleo familiar bastante afectado, así como con grandes dificultades para relacionarse.

Sostuvo que el acusado presenta escasos recursos intelectivos y afectivos para responder a situaciones que le producen ansiedad.

En cuanto al informe de la autopsia, señaló que la agresión sufrida por la víctima fue rápida y directa al afectar a órganos vitales.

El juicio continuará mañana en la Audiencia de Las Palmas con la lectura de los informes del fiscal y la abogada.

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