Cómo usar correctamente el aire acondicionado del coche

  • La temperatura ideal dentro de un vehículo oscila entre los 19 y los 24 grados

La utilización del aire acondicionado afecta tanto al rendimiento del motor como al consumo, que puede aumentar entre el 5% y el 20%, o lo que es lo mismo, entre medio litro y un litro por cada hora circulando a velocidad de crucero. Por esta razón, es fundamental aprender a utilizarlo de un modo inteligente.

1 Ventila el coche.

Al entrar al vehículo, baja las ventanillas antes de poner en marcha el motor para sacar el aire caliente acumulado en el interior del coche. Después súbelas y enciende el aire acondicionado.

2 El coche debe permanecer cerrado.

Mantén el vehículo completamente cerrado mientras el aire esté en funcionamiento.

3 Utiliza el ventilador.

No enciendas el aire acondicionado o el climatizador si no es necesario bajar la temperatura de manera radical. En caso contrario, con activar el ventilador puede ser suficiente.

4 Limpia la base del parabrisas.

Elimina la basura acumulada en la base del parabrisas para evitar que se obstruya la entrada de aire exterior.

5 Mantén despejadas las salidas de aire.

Ten cuidado de no obstruir las salidas del aire acondicionado (parabrisas, frontales, suelo y asientos traseros).

6 Orienta adecuadamente las rejillas.

Orienta siempre las rejillas de forma que difundan el aire por todo el habitáculo, evitando que el chorro se dirija directamente hacia los ocupantes.

7 Evita un frío excesivo.

No enfries en exceso el habitáculo. Hay que tener en cuenta que cada grado que se descienda por debajo de los 25 grados, el consumo de energía aumenta en torno al 8%.

8 El mantenimiento.

Al menos una vez a la semana, incluso en invierno, debes encender el aire acondicionado durante un mínimo de dos minutos para hacer que el aceite circule en el compresor y mantenga lubricado el equipo.

Si durante el invierno no se ha utilizado durante este tiempo mínimo de mantenimiento, deberás ponerlo en funcionamiento muy lentamente, ya que tanto tiempo de inactividad puede propiciar que las juntas de unión de las tuberías y los componentes se resequen.

Con la llegada del verano, deberás comprobar el nivel de aceite del compresor y el estado de éste, realizar una limpieza exterior del radiador y del condensador con aire a presión y comprobar la carga de gas. Además, las fijaciones de los conductos deben verificarse cada 20.000 kilómetros.

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