Alquiló su casa en Airbnb y la utilizaron para rodar una película porno

  • Kristina Knapic utilizó la aplicación móvil para alquilar su domicilio y aprovecharon para filmar una película para adultos.

    El abogado de la afectada asegura que el acusado continúa realizando estas prácticas en otros domicilios.

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L.D.

Hoy en día existen todo tipo de aplicaciones para facilitar cualquier actividad. Una de ellas es Airbnb, un mercado comunitario para publicar, descubrir y alquilar viviendas. Esta app cuenta con casi  2.000.000 de propiedades en 192 países y 33.000 ciudades.

Pero en ocasiones las nuevas tecnologías no simplifican nuestra vida, sino todo lo contrario. Es lo que le ha ocurrido Kristina Knapic, residente en Ventura, EEUU. Al regresar a su casa, que había alquilado a través de Airbnb, averiguó para que la usó Michael Lucas, un actor y productor de porno gay, propietario de la productora Lucas Entertainment, cuyo nombre real es Andrei Treivas (43 años).  

Tras unos días fuera de su domicilio Kristina Knapic descubrió todo tipo de artefactos como una botella de lubricante en la mesa, esteroides en la nevera y un kit de enema en el baño.

Lucas, efectivamente, utilizó la casa de Knapic como localización para el rodaje de una película para adultos, para lo que era necesario un permiso que no solicitó. Además, cada vez es más habitual que se rueden películas para adultos en Ventura tras una ley más restrictiva en Los Angeles  con este tipo de producciones. Lo que ocurre es que Ventura no persigue demasiado los rodajes ilegales.

El suceso se produjo en noviembre de 2015, pero ahora la demanda se ha pasado a un tribunal federal, debido a que Lucas es residente en Nueva York y no en Los Angeles. Uno de los abogados de la afectada, John Thyne III, ha criticado que es una práctica habitual en el caso del denunciado: "Continúa alquilando casas para este propósito y a menos que se le haga pagar por hacerlo, continuará haciéndolo".

"Encontraron un juguete sexual debajo de una de las camas", explica el abogado. "También encontraron unos kits de enema en el baño y algo que resultó ser, creo, esteroides en el frigorífico". Su clienta se siente "violada" tras descubrir lo que ha pasado en su hogar.

Si una casa alquilada en Airbnb va a ser utilizada en algún tipo de filmación, además de contar con un permiso, debe de ser notificado en la aplicación. En este caso, no se hicieron ninguna de las dos cosas. La compañía, en cualquier caso, explica a NBC Los Angeles que estos sucesos son "extremadamente raros" y que, además, se persiguen. "Tenemos tolerancia cero con este tipo de comportamiento en nuestra comunidad y expulsamos permanentemente a estos usuarios de Airbnb.

Este caso demuestra que las apps para poner en común distintos bienes o servicios pueden generar todo tipo de problemas. Aplicaciones móviles como Airbnb o Uber han provocado controversias desde su origen, e incluso se han implantado medidas para evitar su funcionamiento.

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