Astronautas de EEUU confían en Rusia para evitar que la EEI quede deshabitada

  • Los astronautas estadounidenses Mike Fossum y Ron Garan aseguraron hoy que confían en la experiencia rusa para determinar el fallo que causó la pérdida de un carguero ruso con suministros a tiempo para evitar que la Estación Espacial Internacional (EEI) quede deshabitada.

Washington, 1 sep.- Los astronautas estadounidenses Mike Fossum y Ron Garan aseguraron hoy que confían en la experiencia rusa para determinar el fallo que causó la pérdida de un carguero ruso con suministros a tiempo para evitar que la Estación Espacial Internacional (EEI) quede deshabitada.

"No creo que sea un problema que vaya a durar mucho tiempo", dijo Fossum en una entrevista desde la EEI, transmitida en el canal de televisión de la NASA en internet.

"Los rusos tienen mucha experiencia con este tipo de cohetes", aseguró Fossum, que se mostró tranquilo a pesar de que, de no arreglarse el problema, su vuelta a la Tierra, junto con el ruso Sergei Volkov y el japonés Satoshi Furukawa, podría significar cerrar la escotilla de la EEI y dejarla sin tripulación.

Sería algo temporal, según ha reiterado en sucesivas ruedas de prensa tras el accidente el responsable del programa de la EEI de la NASA, Mike Suffredini, pero es una situación que puede darse.

El pasado 24 de agosto se estrelló un carguero espacial Progress no tripulado, poco después de su lanzamiento desde el cosmódromo de Baikonur a causa de un fallo en el cohete propulsor, Soyuz-U.

Era la primera vez que sucedía un accidente de este tipo en sus 30 años funcionando al servicio de la agencia espacial rusa pero su pérdida ha obligado a suspender temporalmente todas las misiones tripuladas o no hasta que consigan determinar el motivo del fallo.

El problema es que las naves tripuladas Soyuz utilizan un cohete muy similar y la agencia espacial rusa quiere asegurarse de que cuenta con garantías para realizar los vuelos con los que serán reemplazados los actuales tripulantes de la EEI.

De momento, los tres tripulantes que tenían previsto volver a la Tierra el 8 de septiembre, los rusos Andrey Borisenko y Alexander Samokutyaev y el estadounidense Ron Garan, tendrán que esperar dos semanas hasta la próxima oportunidad para poder aterrizar de día en las estepas de Kazajistán.

De no ser posible entonces, la siguiente oportunidad ocurriría el 27 de octubre, diez días después de los seis meses establecidos de vida orbital de la nave Soyuz en la que tienen que volver.

La Estación Espacial Internacional tiene acopladas dos naves Soyuz, con capacidad para tres astronautas, que además de llevar a los tripulantes en las misiones de relevo permanecen como "salvavidas" ante cualquier emergencia.

La vuelta del segundo grupo está prevista para el 16 de noviembre pero esta no se podría aplazar mucho más porque, de retrasarse, además de sobrepasar los seis meses de seguridad, el calendario de oportunidades entraría en diciembre, con las dificultades meteorológicas que implicaría.

Entre ambas misiones de regreso estaba en el calendario el lanzamiento el 22 de septiembre de otra nave rusa con los tres tripulantes de reemplazo del primer grupo pero ha sido pospuesto varias semanas.

Los astronautas estadounidenses destacaron la labor científica de la EEI durante sus más de diez años de vida y aseguraron que formar parte de su tripulación es un "sueño cumplido".

Garan señaló que en esta década se han llevado a cabo más de 600 experimentos desde pruebas con materiales, con fluidos, robonáutica, con el cuerpo humano, así como en seguridad y energía limpia.

El astronauta también tuvo un recuerdo especial para los transbordadores, que la NASA retiró de funcionamiento el pasado julio después de más de 30 años.

Garan y Fossum realizaron la única caminata espacial prevista en la misión STS-135 del Atlantis, la misión final, que según dijeron fue una sensación un tanto "agridulce", con el orgullo de haber participado en ella pero con la tristeza de que acababa el programa.

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