Carbono para llevar la capacidad de almacenamiento al límite

  • Los científicos buscan la forma de meter la mayor cantidad de información posible en el menor espacio posible
IBM 305 RAMAC
IBM 305 RAMAC
Wicho / Microsiervos
Wicho / Microsiervos

Desde hace años se viene prestando mucha atención a la cerrera de velocidad de los microprocesadores que hacen funcionar los ordenadores, pero en realidad hace mucho tiempo que estos son lo suficientemente rápidos como para en realidad pasar la mayor parte del tiempo esperando a que les digamos qué queremos hacer.

Además, según la ley de Moore, cada 18 meses se duplica su capacidad, y es una ley cuyo cumplimiento se ha venido manteniendo desde que Gordon Moore la formulara en abril de 1965 hasta ahora.

Pero tan importante o más que la revolución en la capacidad de proceso lo ha sido revolución en la capacidad de almacenamiento, como bien comentaba en su momento Mark Kryder, máximo responsable técnico de Seagate, quien dijo que "No fue el microprocesador el que permitió crear el grabador de vídeo personal, fue la capacidad de almacenamiento. Está permitiendo la creación de nuevas industrias."

Así, de un aparato como el IBM 305 RAMAC, el primer disco duro comercial de la historia, que con un tamaño similar al de un par o tres de frigoríficos era capaz de almacenar apenas 5 MB -el equivalente a un par de canciones no muy largas en formato mp3- hoy tenemos a nuestro alcance y a un precio más que razonable dispositivos que literalmente caben en la palma de la mano y que nos permiten almacenar cientos de gigas.

En la carrera por seguir aumentando la capacidad de estos dispositivos los científicos empiezan la a rozar el límite de lo que es posible a tamaño atómico, al menos en lo que se refiere al almacenamiento magnético -discos duros- y hoy en día ya empiezan a tener problemas con el cobalto, que por motivos físicos relacionados con su estructura atómica es el material preferido para este tipo de dispositivos.

Los granos de cobalto que se usan en la actualidad tienen un tamaño mínimo de unos 50.000 atómos, y aunque podrían reducirse hasta aproximadamente unos 15.000, por debajo de ese tamaño sus características se deterioran y la información se pierde en un periodo de tiempo muy corto.

Pero según se puede leer en Carbon Ring Storage Could Make Magnetic Memory 1,000 Times More Dense Ruijuan Xiao y sus colegas del Institute for Solid State and Materials Research en Dresde, Alemania, habrían encontrado una forma de "engañar" al cobalto uniéndolo a átomos de carbono para poder almacenar información en granos mucho más pequeños, de tal modo que se podría almacenar la 1.000 veces la misma cantidad de información en un espacio determinado que con los métodos usados en la actualidad.

Ahora falta por ver si este método se puede trasladar a equipos en producción, igual que el método presentado hace unos días por los Laboratorios Berkeley del Departamento de Energía de los Estados Unidos, que han permitiría crear chips de memoria ultra densa capaces de durar mil millones de años.

El problema estaría entonces casi con toda seguridad en que alguien fuera capaz de interpretar esos datos en unos años.

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