Cómo muchas aplicaciones de teléfonos iPhone y Android revelan a empresas publicitarias datos personales de los usuarios

  • Los teléfonos móviles inteligentes a veces "se pasan de listos", como demuestra un estudio realizado sobre un respetable número de aplicaciones, que recopilan y reenvían datos personales sin que el usuario sea consciente de ello

Según un estudio llevado a cabo por el Wall Street Journal, muchas aplicaciones de uso común en los teléfonos que emplean los sistemas operativos iOS (el iPhone de Apple) y Android (Google y otros) transmiten información personal de los usuarios a terceros – en ocasiones sin autorización de los usuarios. Entre estos datos suelen estar el identificador (ID) del dispositivo –una especie de matrícula única que tiene cada teléfono móvil– el código postal o la ubicación exacta en el mapa, su edad, sexo y otros datos demográficos.

Para realizar las pruebas los técnicos del Wall Street Journal emplearon un software especial que intercepta las comunicaciones que realizan los teléfonos. De este modo y con solo abrir y usar las aplicaciones (apps) pudieron comprobar qué información enviaban. En total examinaron algo más de cien aplicaciones, la mitad diseñadas para iPhone y la otra mitad para Android. De todas ellas, un 56 por ciento transmitieron información sin permiso, comenzando por el ID del dispositivo, y casi la mitad la ubicación física del usuario, con un 5 por ciento que además añadieron el género, sexo y otros detalles que se guardan en el dispositivo. El iPhone resultó ser un poco más indiscreto que los teléfonos Android.

Entre las aplicaciones examinadas que presentaban este "comportamiento" estaban el programa musical Pandora, el editor TextPlus 4, el juego Paper Toss, el software de contactos personales Grindr, DailyHoroscope o juegos como Angry Birds y Pumpkin Maker. La información personal recopilada llega a empresas publicitarias que luego la procesan sin que se sepa muy bien cómo la utilizan. En algunas ocasiones llegan a enviarse los datos hasta a ocho empresas distintas, y la insistencia de las aplicaciones que lo hacen es tan agobiante que, por ejemplo, para enviar la ubicación del usuario se usan varias técnicas a la vez: enviar el código postal, las coordenadas GPS si se puede acceder a ellas, la ubicación de las celdas telefónicas que tiene cerca el dispositivo o, si nada de esto es posible, la dirección IP del usuario para poder localizarle a través de una base de datos de ISPs conocidos y puntos Wi-Fi públicos y privados.

Respecto a la política que siguen las empresas en este tema, parece estar todavía en una zona gris que para mayor complejidad varía mucho de unos países a otros. Apple controla todo lo que se puede descargar desde su propia tienda de aplicaciones y Google hace otro tanto, aunque los usuarios de Android también pueden descargar los programas desde otros sitios de la Web. Teóricamente, todas las apps deben contar con la autorización explícita del usuario para recopilar datos personales y retransmitirlos a terceros. Pero si, como ha comprobar el Wall Street Journal, no lo hacen, tampoco sucede nada especial. Aunque estén infringiendo las normas de Apple y Google, las aplicaciones siguen disponibles y no se sabe si pueden ser retiradas por esa razón. A raíz de este estudio, algunas han cambiado sus "condiciones del uso del servicio" incluso. Curiosamente, un 40 por ciento de las aplicaciones testeadas sobre iPhone enviaban información personal a la propia Apple.

{ Foto (CC) Shuichi Aizawa @ Flickr }

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