Cómo nos está 'matando' el despertador

    • La diferencia entre lo que dormimos a diario y los fines de semana causa un desajuste en los ritmos circadianos, según un estudio.
    • Esta diferencia, bautizada como "jet lag social", causa problemas hormonales y favorece la obesidad.
Cómo nos está 'matando' el despertador
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Indi.ca (Flickr)
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Nuestro ritmo de vida diario puede ser la causa de algunos desajustes hormonales y del aumento de los casos de obesidad en los países más desarrollados. Así lo sostienen el doctor Till Roenneberg y su equipo, del Instituto de Psicología Médica de Munich, quienes han analizado los hábitos de sueño de 65.000 adultos y han descubierto que al menos dos tercios sufren lo que ellos denominan como "jet lag social", es decir, una importante diferencia entre lo que duermen entre semana y lo que duermen los días festivos.

Según su escrutinio, dos tercios de las personas estudiadas presentaban una hora de diferencia entre estos dos estilos de vida, y un 10% de ellos presenta una brecha de hasta tres horas. Esta diferencia de ritmos equivale, según Roenneberg, a que nuestro cuerpo viviera en dos horarios diferentes y manifiesta un desajuste crónico entre lo que nuestros cuerpos necesitan y lo que exigen nuestros quehaceres diarios. Esta diferencia influye en el reloj biológico y los ritmos circadianos y podría estar afectando a nuestros niveles de sobrepeso y obesidad. En concreto, según su estudio, el índice de masa corporal de las personas tendía a aumentar conforme la diferencia de horas de sueño diarias y en festivos se agrandaba.

En su estudio, publicado hace unos meses en la revista Current Biology, Roenneberg y su equipo también descubrieron que durante la última década los sujetos han perdido alrededor de 40 minutos de sueño diarios entre semana, ya que cada vez se van a la cama más tarde pero se levantan a la misma hora. Y las personas pasan cada vez menos tiempo al aire libre, lo que influye igualmente en los ritmos circadianos.

Nuestra vida diaria está regulada por la actividad de un centro llamado núcleo supraquiasmático que se encuentra en el hipotálamo. Este centro cerebral actúa como una especie de reloj interno que controla actividades como la presión arterial, la temperatura corporal o la secreción de hormonas. Estudios anteriores habían vinculado la falta de sueño con el aumento de peso, pero el equipo de Roenneberg considera que es más una cuestión de cómo se desajusta este reloj interno. Por cada hora de "jet lag social" acumulada, calculan, los riesgos de sobrepeso u obesidad aumentan hasta un 33%. Aunque se desconocen los mecanismos concretos, este proceso provoca mayores niveles de grelina (la hormona del apetito) y menores niveles de leptina (la hormona de la saciedad).

"Con el jet lag social forzamos al cuerpo a comer cuando no lo necesita o no está preparado para digerirlo adecuadamente", asegura Roenneberg. "Todas estos factores juntos pueden influir en cómo digieres la comida y cómo se incorpora a tu grasa corporal. El resultado es que adquieres sobrepeso u obesidad".

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