El también socio y fundador de la consultora Ideas Poderosas ha destacado que la oratoria se resume "en encontrar tu voz" y no intentar imitar a grandes oradores porque "supone una gran presión y es contraproducente" por lo que cada uno debe encontrar cual es su capacidad como orador, "centrarse así en los puntos fuertes y aceptar los puntos débiles para que estos no perjudiquen tu discurso".
En ese proceso de construcción del discurso, que se genera a partir de un entrenamiento conductual donde hay que tener claro "lo que se quiere contar", Hueso ha revelado que es importante adaptar ciertas técnicas que depuren no sólo la comunicación verbal "sino las grandes olvidadas como son la comunicación no verbal, donde ha que medir los gestos, el movimiento hasta la mirada que puede generar atención y acogida en el público, y la comunicación oral basada en la fluidez del mensaje o la tonalidad".
Esta construcción del discurso "responde a una segunda fase de una evolución donde el primer paso es superar el miedo escénico mediante dinámicas de grupo", ha aseverado Hueso.
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