Dos enanas blancas pondrán a prueba las teorías de einstein


Un equipo internacional de investigadores en el que participa el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha observado a dos enanas blancas orbitando entre sí a 600 kilómetros por segundo, que podrían ofrecer evidencias de la existencia de las ondas gravitacionales postuladas en la Teoría General de la Relatividad.
Según informó este jueves el IAC, las enanas blancas son remanentes que quedan cuando estrellas como el Sol se apagan. En este caso, se trata de dos cuerpos con un tamaño similar al de la Tierra, que se eclipsan mutuamente cada seis minutos.
El hecho de que un grupo de investigadores logre observar dos enanas blancas no es algo insólito. Sin embargo, el IAC señala que estos dos cuerpos estelares orbitan entre sí "a velocidades de infarto", por lo que "el fenómeno adquiere mayor interés".
Además, se prevé que su órbita se vaya encogiendo hasta que los dos objetos colapsen en uno.
El IAC considera que la observación de estos dos cuerpos y de la "dramática" reducción de su órbita (que llevará a la colisión de las dos estrellas en menos de un millón de años, "un mero instante" para las escalas astronómicas) podría aportar información sobre el origen de las supernovas y facilitar evidencias de lo enunciado por el físico Albert Einstein.
La investigación, que aparece publicada en la revista "Astrophysical Journal Letters", ha utilizado el telescopio "MMT", en Arizona (Estados Unidos).
El investigador del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (Boston, Estados Unidos) y primer autor del trabajo, Warren Brown, asegura que "casi se cayó de la silla" cuando observó las variaciones de velocidad de una de las estrellas del sistema.
En concreto, estas dos enanas blancas orbitan a unos 600 kilómetros por segundo, unas 180 veces más rápido que el avión más veloz diseñado por el ser humano, y completan una órbita cada 12 minutos.
Al contrario que las estrellas normales, las enanas blancas son más luminosas cuanto menos masa tienen, de modo que la luz vista por telescopio proviene principalmente de la que tiene menos masa.
La órbita está de canto, por lo que los eclipses producidos por el paso de una de las estrellas por delante y detrás de su compañera permiten determinar los tamaños de las dos con precisión. Con esta información, los científicos podrán buscar evidencias que confirmen las ideas de Einstein.

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