Enviar suministros al espacio lanzándolos con un cañón colosal de un kilómetro de longitud, éste es el proyecto elaborado por Jonh Hunter de la compañía Quicklaunch. Según los cálculos del investigador el proyecto sería muy rentable ya que en la actualidad hacer entregas a una estación en órbita en un cohete cuesta unos 10.000 dólares kilo, mientras que haciéndolo con su sistema saldría por sólo 500 dólares.
Según informa Popular Science, en 1992 Hunter y sus colegas hicieron una primera prueba contruyendo un cañón de 130 metros.Tras algunos ajustes que han visto la luz este otoño el cañón estaría listo para enviar media tonelada de carga útil en el cielo a 13.000 kilómetros por hora.
Hunter pretende colocar el cañon, el “Quicklauncher”, en el océano cerca del ecuador, donde la rápida rotación de la Tierra ayudará a poner los objetos en onda en el espacio. El próximo mes, el científico le hará un examen funcional. Si todo va bien, espera que el lanzador pueda estar listo en siete años, siempre y cuando la empresa pueda reunir los 500 millones de dólares, cantidad que calcula que es necesaria para la construcción
Cómo funcionaría:
Paso 1: calentarlo
Se quema el gas natural, produce calor dentro de una cámara de gas hidrógeno, llegando a calentarlo hasta los 2.600 grados Farenheih, causando un aumento del 500 por ciento en la presión.
Paso 2: dejar libre el hidrógeno
Se abre la válvula, dejando que salga el calor, el hidrógeno a presión se expande rápidamente por el tubo.
Paso 3: al infinito y más allá
Tras recorrer el kilómetro de largo, el proyectil sale disparado a 13.000 kilómetros por hora. Un iris al final del cañón se cierra, capturando el gas de hidrógeno para reutilizarlo.
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