El CENIEH investiga los mecanismos de termorregulación del cerebro humano

  • El investigador del Centro Nacional de Investigación Sobre Evolución Humana de Burgos (CENIEH) Emiliano Bruner ha publicado en la revista American Journal of Human Biology un artículo en el que ofrece avances sobre los mecanismos de termorregulación del cerebro humano.

Burgos, 23 ago.- El investigador del Centro Nacional de Investigación Sobre Evolución Humana de Burgos (CENIEH) Emiliano Bruner ha publicado en la revista American Journal of Human Biology un artículo en el que ofrece avances sobre los mecanismos de termorregulación del cerebro humano.

En esta publicación, según ha informado hoy el CENIEH, Emiliano Bruner, responsable del Laboratorio de Paleoneurobiología del centro burgalés, propone una nueva técnica de análisis de la distribución del calor de la cavidad craneal en función de la forma del cerebro.

A través de una nota de prensa, desde el CENIEH se ha explicado que, a pesar de la importancia de la gestión energética del cerebro, todavía se desconocen los mecanismos de regulación de su temperatura y aún existen muchas discrepancias acerca de la capacidad de refrigeración selectiva del volumen cerebral.

En este sentido, Bruner recoge en su artículo que se presume que arterias y venas tienen un papel importante, pero los datos son escasos y las teorías muy especulativas.

Bruner indica que, aunque se supone que el sistema vascular es el "componente principal" responsable de la termorregulación, la geometría del cerebro también es "determinante en el patrón de distribución de calor".

Este problema también se ha discutido en la evolución humana y la Paleoneurología, disciplina de la que Bruner es un especialista, especulando sobre los posibles cambios asociados con la encefalización de los homínidos.

En los fósiles, la única información que queda sobre el cerebro es su forma geométrica, que hoy en día se puede reconstruir con técnicas de anatomía digital utilizando recursos biomédicos como la tomografía computada.

Mediante simulaciones numéricas y moldes endocraneales, Bruner presenta un método de cuantificación de las diferencias entre especies, utilizando como caso-estudio humanos modernos y chimpancés.

Bruner concluye que "aunque la regulación de la temperatura cerebral dependa de muchos factores fisiológicos que no se pueden investigar en los fósiles, éste método permite por lo menos analizar cómo y cuánto ha podido influir en éste proceso el cambio de la geometría cerebral a lo largo de la evolución humana".

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