El patio de mi casa

  • En el patio de mi casa, a solo 20 kilómetros de la más grande urbe española, mariposas, lagartijas, arañas, hormigas y cigarras aprovechan los resquicios que deja la ciudad a la naturaleza para cumplir con sus ciclos de vida.

Ana Cerrud

Madrid, 9 ago.- En el patio de mi casa, a solo 20 kilómetros de la más grande urbe española, mariposas, lagartijas, arañas, hormigas y cigarras aprovechan los resquicios que deja la ciudad a la naturaleza para cumplir con sus ciclos de vida.

Si se toman en cuenta las estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente, que calcula en cerca de un 55 por ciento el crecimiento de la superficie urbanizada en España desde 1987, es fácil comprender el origen de este poco particular comportamiento.

La Asociación de Biólogos para el Estudio del Medio Ambiente (ABEMA) indicó en un reciente estudio la importancia de las zonas urbanas en la supervivencia de algunas especies.

Y el Libro Verde del Medio Ambiente Urbano (editado en 2007 por el entonces Ministerio de Medio Ambiente) destacaba entre los principales "problemas" que afectan la biodiversidad la alteración del medio físico, la fragmentación de los espacios naturales y el tráfico de especies.

Sometidas a las crecientes zonas urbanas (Europa es uno de los continentes con mayor cantidad de superficie de uso intensivo) algunas especies sobreviven adaptándose a los hábitats humanizados.

El más curioso de "mis animales" es una lagartija ibérica (Podarcis hispanicus), que cumple año tras año con la responsabilidad de reproducirse, entre marzo y junio, y cuyos huevos yo también he cuidado.

Con la poco probable posibilidad de que a mi patio pasen sus más directos depredadores (culebras y comadrejas), ha hecho del mío su territorio, y se ha convertido casi en una lagartija de casa.

Los mismo pasa con las arañas que laboriosas tejen sus redes entre tiesto y tiesto y sirven de naturales trampas para moscas y mosquitos.

La "araña escupidora" (Scytodes maculata) y la de patas largas (Pholcus phalangioides), son las más populares en el jardín y la araña de las paredes (Ariadna sp), donde se nos acumula el polvo...

La esporádica visita de las mariquitas (Coccinella septempunctata), vistoso adorno entre las plantas por su llamativo color, es además garantía de control de plagas, porque se alimentan de pulgones y cochinillas que atacan las hojas.

De la presencia del escarabajo pelotero (Geotrupes stercorarius), responsabilizo directamente a mi pequeña mascota Sabrina (Canis lupus familiaris), cuyos olvidados excrementos aprovecha el coleóptero para alimentarse y procrear.

Entre los insectos que van y vienen, el más voraz es el saltamontes gris (Bryoderma tuberculata), que ha demostrado especial interés por una de mis exóticas palmas.

Además, palomas, gorriones, mirlos, vencejos, carboneros, petirrojos, "aviones", verderones y verdecillos hacen de mi doméstico cielo un escenario bastante representativo del censo ornitológico hispano.

Al atardecer, el aleteo de pequeños murciélagos (Pipistrellus pipistrellus) rompe el horizonte y ya, más escasa la luz, escucho el canto aflautado de los autillos (Otus scops), la rapaz nocturna más pequeña de la península ibérica que durante el día pasa totalmente inadvertida camuflada entre los pinos que habita.

También habitante de la noche, la salamanquesa común (Tarentola mauritanica) se pasea por las paredes de la terraza, a la caza de insectos y arañas, con sus patas ventosa de infalible adhesión.

Los días de más calor, caemos en cuenta de la presencia de las cigarras (Cicadidae) que con su canto de amor animan a buscar pareja.

Pero la nota artística es de las mariposas, caprichosas en el diseño de sus alas en busca de un camuflaje que, entre paredes y ladrillos, no hace más que destacar.

En el último desfile, una Iphiclides podalirius, una de las más grandes de Europa, soberbia en su vuelo multicolor que dejará de ser espectáculo en octubre. EFE

aic/agc

Recursos de archivo en www.lafototeca.com. Cód 1250941

Mostrar comentarios