Encuentran en canarias fósiles de megalodón, el tiburón más grande que ha existido


Investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han descubierto en aguas canarias y a más de 1.000 metros de profundidad un importante yacimiento submarino de fósiles, en el cual se han encontrado dientes de megalodón, el tiburón más grande y mayor depredador marino que ha existido en el planeta.

Además de los fósiles de megalodón, que pertenecen a ejemplares de la especie Otodus (megaselachus) megalodon, se encontraron restos fosilizados de otros tiburones extintos, fragmentos del cráneo y costilla de un sirénido (mamíferos marinos del tipo manatí, dugongo o vaca marina), así como huesos fosilizados de ballenas.
Según el IEO, el yacimiento fue descubierto a más de 1.000 metros de profundidad al pie de la montaña submarina conocida como Banco de Concepción, situada al norte de isla de La Graciosa.
Según el biólogo marino Pedro J. Pascual, se trata de un acontecimiento de gran relevancia científica, ya que aporta información novedosa que permite esbozar el paisaje marino existente en las Islas Canarias cuando éstas empezaban a nacer del lecho oceánico (durante el Mioceno, entre 23 y cinco millones de años atrás).
Se demuestra así que en esa época vivió, cazó y se reprodujo en estas aguas el mayor depredador marino de todos los tiempos: el Otodus (Megaselachus), llamado normalmente megalodón y que alcanzaba un tamaño de hasta 20 metros de largo y 100 toneladas de peso.
Este tiburón, hoy fósil, vivió aproximadamente desde hace 20 millones de años (en el Mioceno) hasta hace dos millones de años (Plioceno).
Por el tipo de dientes que poseía se alimentaba de grandes presas, como ballenas, delfines, focas u otros mamíferos marinos, así como de grandes peces y tortugas. Fue una especie cosmopolita, presente en todos los océanos, y un gran migrador.
Las pruebas del registro fósil demuestran que los ejemplares pequeños eran más frecuentes en las zonas costeras y los grandes en aguas abiertas y alejadas de la costa. Esto parece estar relacionado con que determinadas zonas costeras o islas con abundante alimento fueran elegidas como zonas de reproducción y cría por estas enormes especies, muy necesitadas de grandes cantidades de alimento para su desarrollo.
Según Pascual, "la presencia de este superdepredador, así como de las otras especies de tiburones, representantes genuinos de los niveles superiores en las redes tróficas marinas, demuestra la existencia de enormes cantidades de comida como ballenas, focas, sirénidos o bancos de peces en aguas canarias en aquel momento de la historia de la Tierra".
Según el IEO, en cuanto a la existencia de Sirénidos (manatí o vaca marina), nunca había sido antes registrada en Canarias, por lo que su hallazgo aporta una información muy valiosa sobre el ecosistema y tipo de clima existente durante el inicio de la formación del archipiélago canario.

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